El marketing tiene doble objeto, por un lado consiste en
buscar la satisfacción de las necesidades de los consumidores a través de una
serie de actividades coordinadas, por otro lado, pero de forma simultánea,
permitir a las entidades alcanzar sus metas.
Como objetivo principal
del marketing es la satisfacción de los clientes, la empresa debe:
- Investigar
las necesidades de los clientes para poder crear productos que las cubran.
- Ayudar
a generar confianza, que es muy importante en el mundo del seguro
- Hacer
llegar estos productos a los consumidores
- Continuar
adoptando y modificando los productos con el fin de mantenerlos actualizados de
acuerdo con los cambios en los deseos y preferencias del consumidor.
Con esto podemos concluir que el marketing es un conjunto de
actividades empresariales directamente interrelacionadas entre si, cuyo
objetivo final es la satisfacción de necesidades presentes y futuras de
clientes actuales y potenciales.
Hay una interacción continua entre distintos elementos que
proporciona un flujo de datos e información.
Es esta información la que debemos aprovechar para conseguir
una gestión eficaz de los recursos y el cumplimiento óptimo de funciones, así
como la permanente superación de los objetivos marcados.
El objetivo final del
marketing es
satisfacer las necesidades del mercado, dejando más que claro que su objetivo
fundamental es tratar de conseguir a través de las diferentes
actividades que realiza la empresa, afianzar e incrementar el negocio de ésta.
Por ello cualquier acción se hace de principio a fin de la vida de la empresa y
dentro de la misma.
El marketing debe tener una duración en el tiempo, es decir,
las actividades de marketing deben ser duraderas y continuas en el tiempo de
manera que no solo hablamos del presente, sino que también hay que tener en
cuenta las necesidades futuras: el cliente de ahora y mañana, el enfoque actual
del marketing en seguros gira en torno al cliente actual o potencial.
Una vez que sabemos lo
que es el marketing, ya podemos definir cuáles son las acciones que lo
conforman:
- Descubrir las necesidades del mercado
- Diseñar los productos que el mercado
necesita y demanda
- Hacer publicidad del producto
- Promocionar el producto
- Distribuirlo en el mercado
- Hacer relaciones públicas
- VENDERLO
Los objetivos de la
empresa en su vida empresarial, y para lo cual utiliza el marketing se pueden
dividir en dos partes:
a corto y a largo plazo.
·
Objetivo a corto plazo:
-
Mejorar
la imagen de la empresa
-
Ayudar
al crecimiento de las ventas
-
Apoyar
y optimizar la distribución de los productos
-
Contribuir,
en general, al desarrollo empresarial
·
Objetivo a largo plazo:
- Optimizar el beneficio, es decir, obtener el máximo rendimiento de la actividad comercial de nuestra empresa.
- Mantener la actividad empresarial en el tiempo, al satisfacer necesidades futuras de clientes potenciales.
- Para conseguir todos estos objetivos debe haber una buena planificación previa de las acciones a realizar y una implicación de todos los componentes y departamentos de la empresa puesto que todas las técnicas de marketing son aplicadas por todas las personas que trabajan en la entidad para conseguir las misiones del beneficio y de la continuidad empresarial.
En función de los objetivos marcados en la empresa en cada
momento se actuará de una forma u otra, con mayor o menor intensidad,
utilizando diferentes políticas.
· Política de productos: se tomarán decisiones sobre el
diseño del producto, se analizarán los productos de la competencia y de la
propia empresa, se elegiría una marca y realizará un modelo, etc…todo ello
teniendo presente cuál es el objetivo último de la empresa y las
características especiales del producto a comercializar el seguro.
· Política de precios: la importancia del precio del
seguro varía en función de los diferentes ramos y probablemente es menor que en
otros productos.
· Política de distribución: la acción más importante a tomar
con el canal de distribución es la lección del sistema de distribución.
-
Agentes
-
Corredores
-
Venta
directa
-
Teléfono
-
Internet
La utilización de uno o varios canales dependerá de la política general de la empresa, del producto comercializado y del segmento de clientes potenciales al que nos dirigimos. En definitiva, se tratará de buscar el idóneo para cada situación determinada y tratar de explotar al máximo de formas de distribución con el mayor rendimiento.
La utilización de uno o varios canales dependerá de la política general de la empresa, del producto comercializado y del segmento de clientes potenciales al que nos dirigimos. En definitiva, se tratará de buscar el idóneo para cada situación determinada y tratar de explotar al máximo de formas de distribución con el mayor rendimiento.
En
función del sistema elegido se utilizarán otras acciones:
-
La
formación
-
La
motivación de la red comercial
-
La
diversificación de canales
·
Política de comunicación: donde las acciones son:
- La
publicidad para darse a conocer, mejorar su imagen o informar sobre sus
productos
- La
promoción que pretenden incrementar las ventas de un producto concreto en un espacio de tiempo limitado.
Además
dentro de la política de comunicación hay que distinguir:
- La
comunicación externa (hacia clientes, proveedores, etc)
- La
comunicación interna (hacia los empleados y colaboradores de la empresa)
Un mercado es el conjunto de todos los compradores reales y
potenciales de un producto y de los vendedores de dicho producto.
Cuanto más conozca el mercado, sus necesidades y su
composición, mejores decisiones podrá tomar, de esta forma se puede dividir el
mercado en tres ideas:
·
Mercado teórico: que está formado por:
- Personas aseguradas
- Personas que no lo están pero podrán
estarlo
- Personas que no quieren asegurarse
·
Mercado actual: que está formado por:
- Número de pólizas en vigor
- Total de primas
- Capitales aseguradas
·
Mercado potencial: que está formado por:
- Hombres y mujeres de una cierta edad
- Familiar con ciertos ingresos
-
Empresas
con cierto tamaño o naturaleza
Existen diferentes clasificaciones de
los mercados, entre más habituales tenemos:
·
En función de segmentación:
- Mercados internacionales, nacionales,
regionales, etc .
- Mercados para la tercera edad, para
jóvenes, etc
- Mercados de renta alta, media, baja…
·
En función del tipo de producto o
servicio:
-
Mercados
de productos duraderos.
-
Mercados
de productos perecederos
-
Mercados
de servicios (por ejemplo los seguros)
·
En función del tipo de cliente:
- Mercado de consumo
- Mercado industrial.
·
En función al grado de competencia:
-
Mercado
de demanda
-
Mercado
de oferta
El mercado local es el conjunto de compradores reales y potenciales de
nuestros productos o servicios en la región y el conjunto de mediadores de
seguros donde se desarrolla nuestra actividad.
Por lo tanto, el mercado local es el
conjunto de personas que se dedican a comprar y vender en nuestra zona de
influencia.
Por esa razón, la zona concreta donde
desarrollamos nuestro negocio va a necesitar sus tratamientos específicos de
marketing adaptados a sus características, si bien se deberá hacer de forma
coordinada y coherente con las estrategias y políticas de la aseguradora.
Es muy importante la selección y formación de los distintos
colaboradores comerciales, su motivación y las actividades publicitarias y
promocionales del punto de venta. En estas acciones deberán llevarse a cabo en
el mercado local, en coordinación con la aseguradora.
Los resultados que al final de cada año obtiene la
aseguradora son la suma de todos los resultados obtenidos por cada miembro del
equipo de forma que la aplicación de técnicas de marketing adaptadas a las
situaciones concretas de mercado resulta fundamental para alcanzar una política
comercial.
La investigación comercial es una parte integrante del
sistema de información del marketing. Esta investigación comercial contribuye a
los procesos de generación, análisis, almacenamiento y distribución de la
información que sirve para la toma de decisiones ante situaciones específicas.
-
Estrategias
a seguir
-
Planificaciones
-
Metas
y objetivos en ventas
Realizamos una búsqueda de datos en nuestra área de
influencia sobre:
-
Distribución
de industrias
-
Densidad
de viviendas
-
Número
de bancos
-
Abonados
de teléfono
-
Parque
de automóviles, etc
Una vez analizada la información obtenida podemos tomar
decisiones sobre él, y valorar las posibilidades de expresión en base a la
nueva configuración económica que adquiera la zona.
La recogida de estos datos es una de las tareas más
importantes del Estado de Mercado y dependiendo del tipo de investigación que
se vaya a efectuar, clasificamos nuestra información en dos tipos:
· Datos primarios:
proporcionan los datos que se buscan específicamente para el estudio
-
Las
condiciones de la zona
-
Opiniones
sobre un producto
-
Un
programa a una póliza
Proporcionados
por los vendedores y consumidores
· Datos secundarios: son aquellos ya existentes y que en su día fueron recogidos con otra
finalidad como ser:
-
Informes
internos de la compañía
-
Informes
y publicaciones oficiales
-
Compañías,
asociaciones y otros organismos privados
-
Organizaciones
e institutos universitarios de investigación
-
Bibliotecas
estables o privadas
El conocimiento de
nuestra zona de acción es vital para tomar una decisión empresarial, porque se
debe realizar un exhaustivo estudio de mercado local sobre:
·
El
consumidor: es la mayor fuente de información acerca del mercado local,
analizaremos:
-
Sus
hábitos de consumo y sus motivaciones de compra
-
Sus
opiniones sobre nuestros productos y los de la competencia
-
Su
aceptación de los precios
-
Sus
preferencias y necesidades
·
El
producto: con respecto al cual tendremos en cuenta lo siguiente:
-
Estudios
sobre la siniestralidad de los productos
-
Evaluación
sobre su aceptación
-
Evaluaciones
comparativas sobre la competencia
-
Estudios
sobre coberturas
·
El
mercado: en cuanto al mercado trataremos:
-
Cuantificación
del mercado
-
Participación
por entidades
-
Estimación
del mercado real y potencial
-
Estudios
sobre la distribución
-
Medida
de la efectividad del equipo de ventas
-
Estudios
sobre el punto de venta
·
La
publicidad sobre la que realizaremos estudios:
-
A
priori y posteriori de la realización de una campaña
-
Sobre
comprensión del mensaje
-
Sobre
eficacia publicitaria
-
Motivacionales
Además pre-tesis de anuncios y campañas
Realizar una investigación comercial en nuestro entorno es un
proceso completo y complejo, además de muy costoso.
Por ello es primordial y necesario ir directamente a la
información que se puede considerar imprescindible en el estudio del mercado
local, es decir, realizar un análisis de los clientes actuales. Para ello
tenemos una serie de instrumentos como:
·
Análisis de ventas: con los datos existentes en la
propia sucursal se pueden ver los puntos fuertes y débiles de las ventas
pasadas y futuras. Esto servirá para preparar el plan de actuación comercial
del próximo año y controlar los resultados comerciales que se están
consiguiendo.
· Estudios de mercado: su utilización es poco corriente a
nivel local, dada la necesidad de la intervención de un organismo especializado,
pero facilitan gran información como:
- El
número de asegurados que pertenecen a un grupo o categoría socio-profesional,
interesados por un determinado producto.
-
Distribución
geográfica de los asegurados en una zona determinada
-
El
grado de notoriedad de una entidad en una localidad o región.
· Estudios de motivación: también poco habituales por sus
requerimientos de expertos, pero es bastante útil para conocer las sensaciones
de los clientes y los mediadores.
La previsión de ventas
o el conocimiento de las ventas posibles necesita saber cuál es la
participación que está consiguiendo la entidad en su zona, para ello es necesario contar con:
- Qué información necesitamos:
- ¿cuántas
personas(o cosas) podrían asegurarse en el ramo X? Mercado potencial
- ¿cuántas
de estas personas podrían asegurarse en nuestra compañía, con nuestros
productos?
- ¿cuántos
podremos (o queremos) asegurar el año que viene? Previsión de ventas
- Aspectos relevantes:
- ¿cuál
es nuestra actual cuota de mercado en la zona?
- ¿cuáles
son nuestras condiciones presentes y previstas en cuanto a distribución
(canales a utilizar, número de agentes?
- ¿cuáles
son los medios publicitarios y de comunicación en general de las que vamos a
disponer?
- ¿cuál
es la situación y las políticas de la competencia en nuestra zona?
- ¿cuáles
son las condiciones económicas y legales de nuestra zona (actuales, previstas y
generales como: inflación, paro, tipo de interés o asuntos fiscales)?
Las diferentes características que posee cada mercado hace
que tomemos decisiones diferentes en función de donde actuemos hay que tener en
cuenta lo siguiente:
-
Niveles
de renta y renta per-cápita
-
Niveles
de estudios
-
Número
de hombres, mujeres y estado civil
-
Pirámide
de edades
Características del área: aquí se recogen gran cantidad de
datos como por ejemplo:
-
¿qué
poblaciones abarca?
-
¿cuál
es el número de habitantes de cada población?
-
Clases
de transportes disponibles
-
¿qué
periódicos, revistas, emisoras de radio y tv de especial interés existen?
-
Número
de servicios sanitarios, públicos o privados
-
Número
de centros de enseñanza, empleados y profesores, etc
-
Número
de comercios al por mayor y detalle etc.
Otras características:
-
De
censo, transporte, medios de comunicación, educación, empresas
-
De
establecimientos sanitarios, número de viviendas
-
Situación
de la propiedad de las viviendas
-
Valor
del metro cuadrado
También es importante conocer la situación de la competencia
y diseñar una adecuada estrategia como también tener un informe detallado sobre
él:
Datos a recoger:
-
Nombre
de la entidad competitiva
-
Fecha
de apertura de la ficha
-
Ramo
o modalidad de seguro
-
Naturaleza
y nombre del producto
-
Garantías
ofrecidas
-
Importe
de las garantías- tarifa (dos ejemplos de tarificación)
-
Puntos
fuertes con relación al producto de nuestra compañía
-
A
quien va dirigida la sección publicitaria
-
Otros
(presentación de producto, etc)
Por cada informe
abrimos un expediente que debe constar en dos partes:
·
Información de los productos vendidos
por competencia:
esta información nos permite:
-
Conocer
en un momento dado el poder relativo de un competidor
-
Posibilidades
de evolución o de reacción
- Conocer
las acciones de un competidor y preparar mejor la estrategia comercial de la sucursal
- Informar
y animar mejorar la fuerza de ventas de la sucursal preparado por ejemplo los argumentos a favor de los productos
-
Concebir
y dirigir mejor las acciones de venta de publicidad y de promoción de sucursal.
-
Determinar
con más seguridad la política de relaciones con la competencia
-
Competencia
en cuentas sistemáticas
·
Conocimiento del mercado: dentro del conocimiento de un
mercado conveniente identificar la forma de moverse en él, es decir, las estrategias de crecimiento y de
desarrollo en este mercado.
Dicho crecimiento se
puede realizar a tres niveles:
-
Crecimiento
intensivo
-
Crecimiento
integrado
-
Crecimiento
diversificado
Tras la investigación
comercial sobre el mercado sabremos:
-
Dónde
estamos
-
Cuáles
son nuestras posibilidades dentro del mercado
-
Hacia
dónde nos queremos ir
Por lo tanto ya podemos intentar conseguir nuestros objetivos
mediante la elaboración de un plan de marketing:
TÉCNICAS DE MARKETING Y
COMUNICACIÓN
Si bien la venta es un concepto dinámico y evidentemente
práctico que se va enriqueciendo con la experiencia. No cabe duda de que
existen unas bases y directrices (basadas en la experiencia) que pueden
estudiarse y tenerse en cuenta según la ocasión y la naturaleza de cada gestión.
Dos puntos esenciales
para las técnicas de ventas son:
- El
producto
- La
atención al cliente
Las técnicas son herramientas, instrumentos que se aplican en
el proceso de venta para persuadir al cliente o posible cliente hacia la
propuesta del vendedor.
Si bien la venta como vamos a ver es un concepto dinámico y sobre todo práctico que se va enriqueciendo con la experiencia, no cabe duda que existen unas bases y directrices (aprendidas precisamente de esas vivencias) que se pueden estudiar y tener en cuenta según la ocasión y la naturaleza de cada gestión.
Si bien la venta como vamos a ver es un concepto dinámico y sobre todo práctico que se va enriqueciendo con la experiencia, no cabe duda que existen unas bases y directrices (aprendidas precisamente de esas vivencias) que se pueden estudiar y tener en cuenta según la ocasión y la naturaleza de cada gestión.
Veremos aquí una serie
de ideas y conceptos básicos para comprender mejor en qué consisten estas
técnicas:
La venta es un proceso de comunicación en el que los diferentes elementos intervinientes y las etapas que se van produciendo interactúan entre sí.
La venta es un proceso de comunicación en el que los diferentes elementos intervinientes y las etapas que se van produciendo interactúan entre sí.
A través de este proceso se llega a distintos resultados, por
supuesto el resultado que se busca es el de aceptación (compra) de nuestro
producto por parte del cliente.
En este procedimiento
dinámico intervienen siempre dos interlocutores (como mínimo):
-
El
vendedor
-
Posible
cliente
Las circunstancias que se den en esta acción de venta harán
que el producto o el servicio se perciban de una forma u otra y acabe
finalmente contratado o no por su posible destinatario.
· Función comercial: se suele considerar como función
comercial al conjunto de todas aquellas actividades que realizan las empresas
con el fin de poner a disposición de sus clientes actuales y potenciales, los
servicios (y bienes) que proyecta, crea, produce y distribuye en una posición
ventajosa frente a sus competidores, gracias al reconocimiento y preferencia
del consumidor.
A menudo nos encontramos con una serie de “mitos” que rodean
el mundo del marketing y la venta, veamos los más comunes.
- El vendedor: ¿nace o se hace? La venta no es una
cualidad innata en la persona, ya hemos comentado que se trata de un proceso y
como tal requiere de un aprendizaje para adquirir ciertas habilidades para
poder acabar dominando cualquier situación que pueda darse en un desarrollo.
-
Las técnicas de venta: lo son todo, es evidente que las
técnicas de venta son importantes para resolver y avanzar en momentos clave de
negociación. Pero todas las técnicas no son igualmente útiles para todas las
personas ni para todas las situaciones. Como hemos indicado las diferentes
técnicas nacen de la experiencia y no todos tenemos las mismas experiencias a
la hora de tratar con las personas o los productos y servicios.
Para
convertirse en un profesional de la venta y de la venta de calidad, deben
desarrollarse y adquirirse una serie de conductas que ayudarán a alcanzar ese
objetivo.
- El buen comercial: un buen comercial puede vender a
cualquier persona o cualquier cosa. Un profesional de la venta no puede ni debe
vender cualquier producto o servicio a cualquier cliente.
Sólo
se puede y debe vender a quien lo necesite y pueda pagar. En un proceso de
venta debe existir un perfecto ajuste entre las características del producto o
servicio a cualquier posible cliente.
Un buen
comercial debe ser selectivo, planificar y establecer prioridades entre sus
clientes. Debe dominar y ser consciente de que la clave está en el binomio
producto-necesidad.
Falsos mitos sobre la
actividad comercial:
- Es
necesaria una gran facilidad de palabra…llevándose siempre hacia su terreno la
conversación
-
La
venta importante se realiza en….ambientes lúdicos (cenas, practicando deportes
con el cliente, tomando una copa…)
-
Es
una labor individual….solo se puede fiar de uno mismo
-
El
cierre siempre requiere….atenciones especiales como descuentos, detalles de
pequeños regalos publicitarios
-
Hay
que tener un perfil….agresivo y con gran atrevimiento
El seguro reúne una
serie de características que hacen muy especial su venta.
- Servicio “intangible” por excelencia.
- Complejidad técnica: diversidad de modalidades y ramos que el cliente de la calle no conoce habitualmente.
- Terminología propia: existe una “jerga aseguradora” que no es fácil de compartir con el consumidor. Soporte jurídico y documental complicada: normativa, nota informativa, solicitud, proposición, condicionados, etc.
- Reminiscencias históricas: imagen social del sector asegurador no muy positiva sobre todo por el tema de la “letra pequeña”
El vendedor no nace, se hace a través del aprendizaje y la
práctica y para ello dispone de las técnicas de marketing y de una serie de
actitudes y aptitudes frente a la venta que son:
- Profesionalidad
- Solvencia
- Transparencia
- Confianza
- Cercanía
Además debe contar con un buen asesoramiento y una buena
información del cliente y del producto.
En la actualidad, el profesional encargado de la
comercialización de seguros en sus diferentes modalidades (agentes, corredores,
asesores, mediadores,…) se concibe como una persona preparada (con proyección y
formación).
En definitiva, muy lejos del vendedor individualista con gran
capacidad oratoria y que presione al cliente con determinadas tácticas hasta
“colocar” la póliza olvidándose luego en el momento del siniestro de cualquier
gestión.
De este nuevo
profesional se requiere:
-
Unos
conocimientos técnicos (tarifas, exclusiones)
-
Nivel
cultural alto de fiscalidad, seguridad social, coyuntura económica…
-
Capacidad
organizativa
-
Representación
de la compañía, imagen y profesionalidad
-
Gusto
por las relaciones personales
-
Discreción
y responsabilidad
-
Dinamismo
y optimismo
Una “venta inteligente” no se basa sólo
en habilidades de negociación y relación interpersonal con el cliente.
Cada vez requiere una capacidad de organización y gestión que
haga más eficaz el trabajo, es decir desarrollar metódicamente pautas de
actuación que rentabilicen cada contacto y multipliquen los resultados
positivos, contando además con las posibilidades de las nuevas tecnologías que
facilitan muchas labores.
He aquí algunos de los
elementos que ayudarán a esa organización eficaz de la actividad comercial.
· Un
punto de partida indispensable es una buena base de datos tanto de
clientes como de prospectos que deben ir alimentándose y enriqueciéndose con nueva
información.
·
Información
proveniente de las propias gestiones y experiencias del vendedor.
· Las
tradicionales fichas de papel han dejado paso progresivamente a otros soportes
más modernos basados en las nuevas tecnologías (PC, smartphones, tabletas, programas
específicos) y que permitan posibilidades de una manera más ágil y sencilla.
La ficha de gestión constituye la unidad básica de
recogida de información que cualquier comercial debe manejar.
Podríamos decir que el
contenido fundamental de esa ficha constaría de:
- Datos
identificativos: nombre y apellidos, dirección, e-mail, estado civil, número de
hijos, etc
- Datos
a nivel profesional: empresa, departamento, cargo, etc
- Perfil
de necesidades: capacidad económica, gasto potencial, productos o servicios actuales,
proveedores, aficiones,…
- Histórico:
origen del contacto, visitas efectuadas, resultados obtenidos. Puede ser útil,
un código de situación que nos haga ver rápidamente su actual estado. Por
ejemplo: cliente, prospecto visitado con trámite…
- Por
otro lado la estructura del fichero podrá adecuarse según el tipo de actividad
o naturaleza de la empresa y producto o servicio objeto de venta.
Después de cada gestión es importante volcar en nuestro
fichero toda la información obtenida y proyectar próximas acciones.
El fichero debe ser constantemente alimentado con información
interna y externa, debe ser algo vivo y dinámico que se maneja diariamente.
Este fichero es el punto de partida de la planificación de la actividad de cada
comercial a partir del cual construir sus rutas de visitas y contactos.
Consejos para la
correcta explotación de nuestra cartera de clientes:
Practicar “networking” consiguiendo que los propios clientes se conviertan en prescriptores sobre todo aquellos que están satisfechos de modo que puedan aportar nuevas referencias.
Practicar “networking” consiguiendo que los propios clientes se conviertan en prescriptores sobre todo aquellos que están satisfechos de modo que puedan aportar nuevas referencias.
·
El
boca-oído es una de las técnicas más efectivas
·
Extrapolar
los datos del perfil de nuestro cliente tipo a otras bases de datos.
La segmentación buscando la mejor
adecuación producto-necesidad es garantía de éxito.
Por ejemplo: si nuestro cliente más habitual en un determinado producto
se encuentra en la franja de edad de los 45 a 55 años y vamos a empezar una
prospección en un colectivo nuevo para ofrecer ese producto, empezando por esas
edades.
Debemos obtener la máxima rentabilidad de las referencias
considerando la fiabilidad de la fuente, la cantidad de información y su coste
junto con el grado de acercamiento que realmente tenemos.
Hagamos una reflexión previa a un concepto importante para la
eficacia de la labor comercial: la adecuada gestión de tiempo.
Cada venta nos llevará a un 15% de todo el proceso en
presencia del cliente. El restante 85% se irá en preparación, prospección,
trámites administrativos, desplazamientos,…
El objetivo es reducir al máximo las actividades superfluas que no aporten
valor a nuestra actividad comercial para finalmente conseguir más tiempo de
visitas.
Concentración de
visitas en una misma zona geográfica.
Es útil diseñar rutas para rentabilizar desplazamientos agrupando las visitas en una misma área para evitar la dispersión y, por tanto, aumentar la eficacia en coste y tiempo de ese viaje.
Es útil diseñar rutas para rentabilizar desplazamientos agrupando las visitas en una misma área para evitar la dispersión y, por tanto, aumentar la eficacia en coste y tiempo de ese viaje.
Duración y frecuencia
de visitas.
No existe una respuesta universal sobre las cuestiones acerca del tiempo límite de cada visita y del tiempo que debe llevar visitar a un cliente.
No existe una respuesta universal sobre las cuestiones acerca del tiempo límite de cada visita y del tiempo que debe llevar visitar a un cliente.
La tipología de visitas es muy variada y según su objeto de
duración será distinta.
La técnica de la
escucha activa
La mejor forma de conseguir una comunicación eficaz y bidireccional es aplicando la escucha activa.
La mejor forma de conseguir una comunicación eficaz y bidireccional es aplicando la escucha activa.
Teniendo en cuenta que, en el mejor de los casos,
dispondremos de una información básica del posible cliente obtenida de nuestro
fichero, el momento de contacto personal es el momento ideal para conseguir más
detalles y llegar a ofrecer la verdadera solución que va a necesitar.
La escucha activa no consiste sólo en dejar hablar a nuestro cliente,
sino en conseguir aprovechar los mensajes y dirigir la entrevista hacia los
puntos clave para el diseño de la oferta personalizada, ¿cómo conseguirlo?,
podemos decir que hay que desarrollar una selectiva y empática.
He aquí algunas sugerencias para practicar esta técnica, que
parece simple pero tiene su complejidad:
- Crear un clima agradable y distendida par que el cliente se sienta a gusto.
- No interrumpir nunca su discurso, en todo caso reforzar con expresiones de comprensión y asentimiento para demostrar que estamos siguiendo su explicación.
- Hacer pequeños resúmenes de sus mensajes para cerciorarse de que estamos atendiendo lo que nos está transmitiendo y centrar la conversación en los aspectos clave.
- Mantener durante todo el encuentro el mismo nivel de atención con cierto grado de autodisciplina. Si en algún momento decae el interés por parte del posible cliente, generar preguntas o comentarios que devuelvan la intensidad al encuentro.
- No hacer valoraciones sobre la información transmitida, pero sin matizar e incluso decir que no al cliente, esto reforzará la imagen de profesionalidad, todo ello con la debida suavidad y educación.
- No des por supuesto nada, si algo no tiene claro, pregunte al cliente.
- Estar atento al lenguaje corporal del interlocutor y al nuestro propio para detectar posibles síntomas de desconexión o falta de sintonía (postura, mirada, gestos, etc).
- El lenguaje no verbal del comercial
tiene suma importancia para transmitir sensaciones a nuestro posible cliente,
por ello debe evitar gestos y posturas forzadas.
- La naturalidad en estos casos es la
mejor arma, reforzando aspectos que puedan reforzar una situación de atención,
sinceridad o confianza.
- Mirada directa y clara, fijándola en
los ojos de nuestro cliente (interlocutor) alrededor del 70%, tanto cuando él
nos habla como cuando lo hacemos nosotros.
- Estrechar la mano con la firmeza pero
sin apretar demasiado y con una sonrisa sincera, no forzada.
- Evitar movimientos bruscos, no mover
excesivamente las manos, aunque pueden ayudarnos a enfatizar, ni gesticular en
exceso. Postura erguida.
- Respetar una distancia prudencial, es decir, no aproximarse excesivamente para no invadir el espacio vital de la otra persona.
- Discreción en la imagen, adecuado al tipo de vestuario, a la situación evitando símbolos que pudieran no compartirse (política, religión, deporte, etc)
Lo mismo puede suceder en el caso de las mujeres con un
excesivo maquillaje o perfume.
A tener en cuenta: las micro
expresiones, hay que considerar que existen micro expresiones faciales que
duran décimas de segundos que son totalmente reveladoras del estado de ánimo de
nuestro interlocutor.
El teléfono suele ser habitualmente una de las
primeras vías de contacto con nuestro cliente. Recogemos aquí algunos consejos
útiles en el manejo del mismo y en situaciones llamadas “en frío”.
Argumentario
Procura realizar llamadas en frío de manera aislada, planear
lo que vamos a decir con antelación suele dar buenos resultados. Puede ser
interesante escribir un argumentario básico y tratar de aprenderlo hasta que se
automatice. Además, a medida que los candidatos nos hacen objeciones,
comentarios o preguntas podemos ir enriqueciendo ese argumentario.
Si el objetivo de la llamada es concretar una entrevista,
centrémonos en conseguirlo, fijemos una fecha, hora y lugar, agradezcamos la
atención y despidámonos.
La llamada sonrisa
telefónica es esencial
El uso del humor debe ser el justo, hay que ser prudente
porque demasiadas bromas inicialmente pueden restar seriedad y profesionalidad
al contacto.
En definitiva, cuando mayor haya sido la preparación de la
llamada consultando la posible información disponible y haciendo una previsión
de contacto y de cómo puede desarrollarse (puntos clave, objetivo, tono) mayor
posibilidad de éxito tendremos.
Para llevar a cabo una
venta de calidad son necesarias dos premisas que a veces se dan por supuestos y
no siempre están claras.
El comercial debe tener un conocimiento de la gama de
productos tanto desde el punto de vista técnico (características, coberturas
exclusivas) como comercial (beneficios, perfil, ventajas).
Pero además para ofrecer un verdadero servicio personalizado
el comercial tiene que conocer los productos de la competencia, al menos más
significativas del mercado e incluso del entorno social jurídico y fiscal que
condicionan ese determinado producto o servicio.
En el caso de los seguros, al tratarse de un producto
intangible, en el proceso de venta no puede contarse con el apoyo de mostrar
físicamente el producto para que el posible comprador lo analice o lo explore.
Por ello, toma aquí, si cabe más importancia el acercamiento de los posibles
beneficios y cualidades del producto en cuestión con las necesidades concretas
del cliente.
A tener en cuenta:
A la hora de vender seguros es importante presentar
soluciones a las inquietudes o problemas planteados por el cliente y no
abrumarle con la lista de coberturas del producto.
Piensa en los beneficios que puede desear un cliente en cada
una de las modalidades del seguro como por ejemplo:
- Seguro de hogar: precio, seguridad, robo, incendio,
asistencia, comodidad para comunicar siniestros.
- Seguro de salud: amplio cuadro médico, rapidez en la
atención, cobertura dental…
- Seguro vida-ahorro: solvencia, crecimiento del capital,
degravaciones
- Seguro de vida-riesgo: seguridad familiar, prima que no
varíe, capitales mayores en caso de accidente, asesoramiento al beneficiario.
Una determinada característica del mismo producto puede
llenar una necesidad básica para una persona, y ser decisiva en su decisión de
compra, pero para otra esa cualidad puede no importar nada y ser determinante
en otra en concreto.
La competencia
Los productos de los competidores deben ser conocidos para un
desarrollo profesional de la venta y poder argumentar objeciones del cliente y
establecer posibles comparaciones.
Para tener ese conocimiento se requiere en ocasiones, algún
proceso de investigación están muy al día en el sector, lectura, actualización
constante…
Se trata no sólo de conocer descriptivamente los productos de
la competencia sino también su política comercial, campañas, promociones,
organización, etc. cuantos más datos tengamos, más útiles pueden sernos en un
momento del proceso de venta.
No olvidar!!
No es aconsejable hacer una crítica destructiva de los
productos de la competencia, es mejor centrarse en la ventaja diferencial que
nuestro producto puede aportarle a nuestro posible cliente.
Para obtener ese conocimiento y llevar a cabo una gestión de
venta adecuada pueden y deben utilizarse en la medida de lo posible, apoyos y
herramientas.
Algunas herramientas
son indispensables, y otras deseables:
-
Formación
de la compañía
-
Folletos
y catálogos
-
PC,
portátil y Tablet
-
Smartphone
-
Tarifas
-
Recortes
de prensa
-
Asistencia
a eventos y conferencias
-
Fichas
informativas.
Además de todas las habilidades y posibles técnicas de apoyo
en la relación comercial que hemos visto, también influye el estilo o
características del vendedor.
Y por supuesto, no podemos perder de vista el perfil del
posible cliente con el que tratemos. De hecho existen ya algunas compañías que
no dividen su cartera de clientes por segmentos, rutas o cuentas, sino que la
hacen por estilos de compras y toma de decisiones y asignan a cada cliente un
comercial que sintoniza con él, tratando de conseguir relaciones más fluidas y
duraderas.
Con este método, el autor Mc
Clellan define tres
arqueotipos que todas las personas tenemos y que aplicados al ámbito comercial
pueden aportar determinados estilos a la hora de desarrollar la venta.
Muy sintéticamente estas serían sus cualidades. Hay que tener
en cuenta que ningún modelo se da puramente en cada uno de nosotros, sino que
en cada individuo puede incidir uno más que otro. Las tres C hacen referencia
a: Cabeza, Corazón y Coraje.
·
Cabeza: son personas con frialdad analítica
que toman decisiones basadas en un análisis racional de los datos, de un modo
casi científico. Planifican y organizan en base a la razón.
·
Corazón: son personas que están orientadas a
las relaciones humanas. Desarrollan gran efectividad y solidaridad creando
ambientes agradables.
· Coraje: este perfil prefiere la acción
frente a la reflexión. Están orientadas al logro, a la implementación, suelen
ser personas con gran empuje.
También hay tres
estilos que pueden darse en una relación comercial, y lógicamente a veces,
se entremezclan en un mismo vendedor, aunque siempre suelen predominar uno de
ellos a la hora de interactuar con un cliente y son:
· Estilo cañonero: es aquel vendedor que ofrece una
cantidad ingente de información al posible cliente. Presenta profusamente la
empresa y el producto, habla con detalle de todas las cualidades y beneficios
sin saber muy bien en cual centrarse.
Aparentemente es un buen comunicador,
pero tiende a hablar demasiado, y por tanto a no escuchar al cliente. Por eso,
le ofrece todas las argumentaciones posibles volcando excesiva información al
cliente que puede llegar a quedar abrumado.
El ser humano tiene un límite para la
capacidad de retención y ya no prestamos atención cuando llegamos a ese punto
de saturación.
Es en definitiva un comercial que en
el proceso de venta lanza “obuses” cuando realmente no es necesario y eso le
convierte en ineficaz. Es un estilo propio de vendedores junior que están
empezando. Esta situación sería lo que nuestro refranero conoce como: “matar
moscas a cañonazos”.
·
Estilo cazador: se trata de un vendedor que conoce
muy bien la ventaja competitiva de su empresa y su producto, por lo que siempre
utiliza las mismas armas (argumentos), independientemente de quien se encuentre
delante.
Sabe que esos argumentos le funcionan
y es incapaz de cambiar de registro en diferentes situaciones, puede decirse
que funciona “a piñón fijo”, por ello será muy reacio a cualquier sugerencia o
cambio.
Podrá recibir nuevos enfoques, pero
él volverá siempre a lo que tradicionalmente le viene funcionando, incluso ante
algún fracaso.
Este estilo suele darse en
comerciales con cierta experiencia que han depurado los argumentos
imprescindibles y han desarrollado su propio “guión” del que no se salen aunque
se encuentren ante situaciones nuevas con distintas necesidades.
·
Estilo franco-tirador: este estilo se diferencia bastante
de los otros dos. En este caso, el vendedor elige cuidadosamente el arma
precisa para cada cliente, es decir, utiliza argumentos idóneos para la
necesidad y la motivación de compra del cliente en cuestión.
Prefieren escuchar antes de hablar,
para que sea el propio cliente quien haga palpable qué necesidad desea
satisfacer y luego ofrecerle sólo el argumento más adecuado.
Suelen ser profesionales que conocen
las técnicas de marketing y que desarrollan métodos conocidos y contrastados
como el asesoramiento consultivo.
Están abiertos al cambio y comprenden
que el éxito está en la combinación correcta del binomio: producto-cliente.
Existen clichés de clientes que podemos encontrar
repetidamente en nuestras relaciones comerciales.
Ante una misma propuesta podemos reaccionar de diferentes
maneras según las circunstancias (estado de humor, antecedentes, estrés…) y
cada persona tiene unas expectativas distintas a la hora de acercarse o tener
una relación con una empresa que pretende ser su proveedora de productos y
servicios.
En conclusión, si bien cada persona, cada cliente, es un
mundo si pueden identificarse algunos arqueotipos que por su comportamiento
pueden englobarse en grupos similares a los que tratar de una manera similar.
TÉCNICAS DE VENTA
CLÁSICAS
Todo el mundo cuando compra trata de cubrir una necesidad,
una carencia o insatisfacción, pero lo que a seguros se refiere es necesario
buscar y localizar activamente a esos clientes a pesar de que pudiesen tener
esa realidad.
El comercial de seguros trata de dirigir al comprador a lo
largo de este proceso de compra para que descubra sus propias necesidades de
seguro, adopte una decisión favorable de compra y lo que es más importante,
continúe satisfecho a lo largo del tiempo.
Distintas fases en las
que se puede desarrollar una venta
Teniendo claro que la venta es un proceso de acercamiento
entre las necesidades del comprador y la adecuación del comercial en el proceso
de compra, a través de una serie de etapas que se interrelacionan entre sí que
son:
-
Fase
preparatoria
-
Fase
de ejecución
-
Seguimiento
de los resultados
Veremos estas etapas para profundizar en su conocimiento y
descubrir en base de experiencias algunas técnicas para sacar el máximo partido
y lograr el resultado final.
Este objetivo final no es otro que nuestro cliente adquiera
nuestro producto, convencido que ese servicio o producto va a satisfacer sus
necesidades.
Prospección
El primer paso es identificar aquellas personas que son
potenciales clientes para nuestros productos. A este paso se le denomina como
prospección.
La prospección no consiste únicamente en obtener simples
nombres o listados para contactar, es necesario aplicar un método estructurado
y profesional.
Un comercial de éxito hace de la prospección un hábito,
consiguiendo una corriente continua de posibles clientes y sabe los ratios que
necesita para obtener la máxima rentabilidad.
Por ejemplo: de cada 100 candidatos, establece 30 contactos
de los que a su vez consigue 15 entrevistas iniciales de las cuales se
transforman en 6 ventas.
¿Dónde podemos encontrar posibles candidatos?
Debemos aplicar cierta planificación y estrategia en esta
búsqueda aprovechando todas las herramientas que ya se han comentado,
principalmente nuestro propio fichero del que se debe obtener la máxima
información y extraer nuevas referencias.
Nuestras fuentes pueden ser:
-
Relaciones
personales
-
Centros
de influencia
-
Cadena
de referencias
-
Propio
fichero de clientes
-
Venta
cruzada
-
Maillings
-
Grupos
afines
-
Práctica
de networking
Referencias personales
Se trata del círculo más cercano al comercial en el que es mejor
un conocido y donde, por tanto, tendrá menos obstáculos para recibir
entrevistas. Se supone que la barrera de desconfianza inicial aquí está
superada y que la comunicación va a ser más fluida. Sin embargo debe evitarse
la compra por compromiso y acercar el producto o servicios a conocidos que
realmente lo necesiten, pues en caso contrario a lo largo de esta relación
saldría deteriorada a causa de esa venta.
Otro peligro que suelen cometer los comerciales más junior es
agotar su labor de prospección en este círculo y pensar que cuando se han
acabado los contactos ahí, ya no existe horizonte más allá de los familiares,
amigos o compañeros.
Centros de influencia
Son personas que por alguna razón ostentan una posición de
dominio o privilegio en la zona que nos interesa, que conocen al comercial y
que están dispuestas a dar nombres de posibles candidatos para que se les
ofrezca el mismo producto que ellos ya tienen y del que están plenamente
satisfechos y convencidos.
Es decir, están como prescriptores de nuestro producto y
empresa por lo que la confianza de que su recomendación supone un beneficio
para los destinatarios debe ser total. De lo contrario, el riesgo de quedar mal
con esas personas le frenará en su decisión.
Ejemplo: imaginemos el dueño de una asesoría fiscal y contable en
una localidad pequeña que conoce perfectamente el producto y la empresa (porque
él mismo es cliente) y está dispuesto a recomendar a sus clientes porque cree
les va a venir bien suscribirlo según sus necesidades.
Así, los productos que serían idóneos en este caso son:
-
Plan
de pensiones
-
Plan
de previsión asegurada
-
SIALP
o un PIAS
Cadena de referencias
Es la típica recomendación que un cliente o mero candidato
nos hace indicándonos a otras personas que podrían estar interesadas.
El problema puede ser identificar el momento para proponer
esa posibilidad. Había que aprovechar un momento positivo que le inspire al
cliente confianza para recomendar el producto.
Ejemplo: al firmar la solicitud, al solucionar un siniestro de
manera correcta,… y siempre de un modo directo:
- ¿le importaría que pudiera ver de su parte a
alguna persona que pudiera estar interesada en este producto…?
Venta cruzada y propio
fichero de clientes
Nuestra propia cartera de clientes debe ser también una
fuente de nuevo negocio en varios sentidos, uno de ellos desarrollando la venta
cruzada.
Por otro lado, el propio cliente de un determinado producto
puede ser objetivo de otro producto o servicio de nuestra gama que venga a
completar sus necesidades de una manera integral.
Ello reforzará su fidelidad por su asesoramiento y ayudará a
incrementar nuestro negocio de una manera más sencilla que abriendo nuevos
mercados.
Además a través de la venta cruzada se consigue precisamente
hacer llegar nuevos productos a clientes ya existentes estudiando sus posibles
necesidades.
Ejemplo: nuestros clientes de seguro de automóvil pueden ser
susceptibles según su edad y características de ser ofertados otros tipos de
seguros que pueden tener con otras compañías (seguro de asistencia, defensa
jurídica, etc…)
Con estos envíos podemos establecer un primer contacto tanto
con clientes
de nuestra base de datos como con nuevos candidatos.
Con el adecuado seguimiento nos debe llevar a establecer
nuevas entrevistas. Pensemos que no es necesaria una gran creatividad para
llamar la atención de nuestros destinatarios, vale más un correcto enfoque con
una solución que realmente pueda interesarle y que el mensaje sea claro.
Maillings
Se trata de un instrumento que complementa perfectamente la
actividad comercial, pero que debe ser adecuadamente gestionado para sacar todo
su provecho.
A tener en cuenta: son preferibles micromaillings manejables
y seguibles, que grandes micromaillings que supondrán un despilfarro importante
de recursos.
Grupos afines
La búsqueda de candidatos en colectivos que teóricamente
guardan similitudes y que por tanto, pueden ser tratados desde un punto de
vista comercial de un modo semejante, es muy útil para la actividad comercial.
Sin embargo, la segmentación no es una mera división de un
grupo de personas en subgrupos a los que ofrecer un producto o servicio igual.
Segmentar supone aplicar criterios que permitan que esa
división sea eficaz y pueda ser aprovechada para diseñar oferta a la medida.
Ejemplo: si tenemos un listado de un Colegio Profesional, una
Asociación o un club deportivo, en principio a todas esas personas les pone
puntos comunes al pertenecer a esos colectivos.
Networking (crear red
de contactos)
No obstante, un tratamiento adecuado de segmentación nos
llevaría a profundizar y a buscar subgrupos en función de la edad, domicilio,
antigüedad, etc…que harán nuestra oferta mucho más cercana a sus necesidades.
La red de contactos de un buen comercial debe ser como una
extensa telaraña que se vaya extendiendo de manera progresiva.
Para ello, se tienen que aprovechar todas las oportunidades
que se puedan presentar (ferias, congresos, seminarios, escuelas, etc)
obteniendo nuevas referencias que retroalimenten su fichero.
Es conveniente no perder de vista el ámbito local del comercial
en cuestión abarcando realmente aquellos eventos que puedan ser seguidos
convenientemente.
En definitiva, la imaginación debe llevarnos a buscar fuentes
de prospección que finalmente nos hagan usar lo menos posible unas vías de
contactos más alejadas a “puerta fría” que resultan más complicadas para llegar
a unos niveles de éxito en la finalización de la venta.
Debemos obtener la máxima rentabilidad de las referencias
considerando la fiabilidad de la fuente, la cantidad de información y su coste,
junto con el grado de acercamiento que realmente tenemos.
Estos son una serie de
consejos a la hora de abordar la presentación de una posible entrevista para
crear la venta de nuestro producto:
- Valorar
el potencial del posible cliente analizando sus posibles necesidades y
motivaciones de compra y ver si nuestro producto va a ser capaz de
satisfacerlas.
- Tener
en cuenta las objeciones que puede plantear el cliente, tenemos que preverlas y
adelantar posibles soluciones y tratamientos a los mismos.
- En
la planificación de la visita es interesante hacer un contacto previo por
teléfono mejor que hacerlo a “puerta fría” en el contacto telefónico. Aplicar
las técnicas que se consideren oportunas.
- Escoger
las herramientas e instrumentos adecuados de apoyo para la visita, siempre con
un criterio práctico y rentable. Cada contacto personal es distinto y por lo
tanto deberán aplicarse aquellas técnicas que se requieran en cada caso.
- Dirígete
a la persona con el nombre que te haya facilitado, sin diminutivos sin no te ha
indicado de esa forma
-
Durante
la entrevista repite el nombre cuando sea preciso (al menos 3 o 4 veces).
-
La
sonrisa es fundamental, transmite calidez y cercanía.
- Establecer
un buen contacto visual, demostrar interés sincero a través de los ojos, pero
no con una mirada obsesiva (los expertos apuntan hacia un 70% del tiempo)
- Estrechar
la mano con firmeza pero sin apretar demasiado, con este apretón estamos
diciendo al cliente cómo somos y que queremos cooperar con él.
- Busca
un tema que se encuentre en terreno común para facilitar la creación de un
ambiente de confianza.
Las fotos o la decoración del despacho o domicilio de nuestro
interlocutor pueden darnos pista de las aficiones y gustos para poder
introducir la conversación.
Es importante adecuar el tono y el estilo al del cliente.
Cuando empieces a escuchar ajusta la velocidad y volumen con los del
interlocutor, con ello crearás una comunicación, mañas homogéneas y de igual a
igual.
También es necesario adaptarse al registro del cliente, si
algunas palabras técnicas requieren una aclaración hay que hacerlo de inmediato
y no dejar que el cliente desconecte.
Los primeros momentos son esenciales para centrar la cuestión
y hacer que nuestro interlocutor nos acepte como profesional que va a ofrecerle
soluciones con interés, además lo mejor es ir largando sin causar sensación de
agobio.
Es muy importante gestionar adecuadamente el lenguaje no
verbal. Hay determinados gestos repetitivos que deben ser interpretados en la
gestión comercial.
Gestos del cliente
-
Brazos
cruzados: actitud defensiva
-
Rascarse
la oreja o detrás de la cabeza: desconfianza o duda
-
Sentado
inclinado hacia delante: decisión e iniciativa
-
Manos
abiertas: transparencia, sinceridad
-
Tocarse
el tabique nasal: preocupación
-
Apoyar
la cara en una mano: interés, concentración.
Lo que no dice el
cliente y percibe de nosotros. Favorece al vendedor/a.
-
Mirada
directa y clara
-
Estrechar
la mano con firmeza
-
Sonrisa
sincera
-
Evitar
movimientos bruscos
-
Respetar
distancia prudencial
Las objeciones
Una vez en desarrollo la entrevista, la receptividad de
nuestro interlocutor puede ser variada. Puede demostrar una actitud de aceptación, pero habrá que
determinar si es real o sólo aparente, por otro lado puede mostrarse
indiferente porque no tiene interés por el producto en cuestión (porque ya está
satisfecho, no tiene esa necesidad, etc..)
Puede ser escéptico, es decir, duda de la realidad de las
soluciones que se le aportan, lo más frecuente es que presente una actitud de
objeción, es decir, de rechazo al producto.
Lógicamente estas actitudes varían según el interlocutor y nuestro
objetivo si no es favorable es hacerlo cambiar para reconducir nuestro proceso
de ventas.
Para ello debemos ser capaces de argumentar de manera
efectiva sabiendo qué decir y cómo decirlo, por lo que nos ayudará bastante
predecir las objeciones que nos podemos encontrar para contar con una serie de
argumentaciones convincentes para cada tipo.
En principio una
objeción es un contra argumento que nos presenta el posible cliente y que
pretende dificultar o anular la venta.
Es decir, aunque en un primer momento puede parecer un
obstáculo, en realidad un buen vendedor la recibirá como una oportunidad ya que
podrá aprovechar para descubrir las verdaderas necesidades del cliente.
Las objeciones son razones para no comprar, que nacen
normalmente de la falta de información del cliente y que están solicitando un
mayor deseo de conocimiento del producto o servicio.
Por eso no deben tratarse como un enfrentamiento, no son
actitud agresiva, sino todo lo contrario. Los expertos coinciden en que la peor
objeción es la que no se formula y que una venta sin que se haya dado alguna
objeción tiene muchas posibilidades de no cerrarse definitivamente.
A tener en cuenta
¿Cómo saber si la
objeción que presenta el cliente es una mera excusa o si realmente tiene una
base real?
En primer caso el cliente está intentando escapar de
cualquier manera a la compra, pero si la objeción es real, está demostrando
interés.
A veces, no es tan
sencillo pero existen indicios que nos pueden ayudar a identificarlas.
- Si
la forma de expresarla es poco clara, ambigua y sin concretar, lo más normal es
que sea una excusa.
- Si
no guarda relación con los argumentos que se le venían presentando,
posiblemente será también un pretexto.
Podemos identificarlos
según el momento de la presentación:
- Si
se dan al principio o al final de la entrevista lo más probable es que sean
excusas.
- Si
se dan en la fase central de la argumentación cuando se están viendo las
características del producto, lo más seguro es que sean reales.
- No
obstante, las objeciones sinceras tampoco deben despreciarse porque pueden ser
el anuncio de una verdadera.
La variedad de
objeciones es inmensa y cada una requiere de un tratamiento distinto.
En general podemos decir que existen unas líneas a seguir en
todas las situaciones:
-
Escuchar
-
Preguntar
-
Responder
-
Confirmar
Las preguntas deben llevar al propio cliente a que se
responda él mismo y de ese modo el convencimiento será total.
Finalmente conviene confirmar si ha quedado superada.
Con el fin de sistematizar el estudio de las objeciones, se
puede distinguir, además de lo ya visto, los siguientes tipos de objeciones:
·
Objeción precio: es la más habitual pero no hay que
tenerle miedo, si nuestro producto presenta una buena relación calidad-precio. Lo
que jamás debemos hacer es regatear.
·
Objeción objetiva: se superan con gran conocimiento de
las características del producto
· Objeción subjetiva: aquí se requiere conocer bien al
cliente, ya que la objeción tiene que ver con alguna necesidad específica y si
somos capaces de demostrar que el producto se ajusta a su peculiaridad habremos
superado la objeción con éxito.
·
Objeción agresiva: pueden ser formuladas con cierta
mala fe por el cliente, hay que ignorarla y no entrar en la confrontación.
· Objeción prejuicio: son complicadas porque tienen que
ver con las creencias y convicciones del cliente, por lo que habrá de tratarlas
con tacto.
Ante posibles
objeciones que se puedan presentar, tenemos varias maneras para poder
rebatirlas:
-
Técnica
de anticipación
-
Técnica
de compensación
-
Técnica
del globo
-
Técnica
de la batería de preguntas
-
Aplazar
la respuesta
-
Técnica
del “si…pero”
-
Referencias
de terceros
-
Obviar
la objeción
·
Técnica de anticipación: la experiencia puede hacer que el
comercial se anticipe a la objeción del cliente, exponiéndola él mismo y
ofreciéndole a continuación la solución.
· Técnica de compensación: consiste en reconocer efectivamente
alguna pequeña debilidad de la oferta para pasar a compensarla con algún otro
beneficio que la minimice.
·
Técnica del globo: se utiliza con interlocutores muy
locuaces y consiste en dejarle hablar hasta que la propia objeción va perdiendo
fuerza.
·
Técnica de la batería de preguntas: consiste en preguntar al cliente de
manera que es el propio cliente quien desmonta su propia objeción al contestar.
·
Aplazar la respuesta: se le dice al cliente que
posteriormente quedará contestada porque a lo largo de la argumentación se da
la respuesta. Conviene confirmar que quedó claro.
· Técnica del “sí pero…”: se acepta la objeción pero a
continuación se matiza o aporta alguna observación que la debe anular para
evitar enfrentamientos.
·
Referencias de terceros: se hace referencia a un caso de un
tercero que fue positivo y se utiliza como ejemplo.
·
Obviar la objeción: se trataría de pasar por alto la
objeción, lógicamente con educación, si no vuelve a salir, es que no era
importante, pero si vuelve a aparecer habrá que responderla.
OBJECIONES Y CÓMO
REBATIRLAS
-
“Lo siento, estoy muy
ocupado”:
Probablemente acceda, sino lo pospone para otro momento
-
“En este momento no me
interesa”:
Debe respetarse pero haciendo ver que el momento es idóneo
porque las circunstancias futuras pueden cambiar y ya no ser tan interesante
(primas, selección de riesgos, promociones…)
-
“Es un seguro muy caro”:
Según la naturaleza del producto los argumentos serán de un
tipo u otro.
En seguros de vida riesgo habrá que hacer ver que la protección tiene un precio según
la edad y los capitales.
En seguros de ahorro habrá que hacerse la rentabilidad.
En seguros de daños habrá que hacer ver la rentabilidad.
-
“No tengo dinero para
ahorrar o invertir”:
No se preocupe, el seguro
permite empezar con pequeñas cantidades que podrá ir ampliando según las
circunstancias futuras.
-
“Ya tuve un seguro como
ve y me fue muy mal”:
Hay que desmontar esa mala experiencia previa transformándola
en una oportunidad ahora (distinta empresa, distinto producto, distinto
servicio…)
-
“Lo tengo que pensar
con mi cónyuge”:
Aplaudir esa decisión ya que se trata del futuro de la
familia y debe consultarse, pero habrá que fijar una fecha para volver y
comentar la respuesta.
-
“Tengo un
amigo/conocido que trabaja en seguros”:
Aceptar pero comentar que su amigo-conocido debería haberle
ofrecido una propuesta como la que traemos, porque se ajusta perfectamente a
sus necesidades.
-
“Mándeme información
por correo”:
De acuerdo, quedar en enviárselo pero tratar de fijar otra
cita para cuando ya haya estudiado la información.
-
“Ya tengo otras
inversiones y mi familia tiene el futuro resuelto”:
Celebrarlo, pero aportar siempre esta solución como fórmula
de diversificación, y para cerrar el círculo de su previsión (los huevos en
distintas cestas).
-
“Creo que no se ajusta
a mis necesidades”:
Demostrar con la información de la que disponemos que podemos
hacerle un “traje a medida” y que realmente si va a ser de su interés.
El objetivo final de todo este proceso que estamos viendo es
muy claro: cerrar la venta a través de la suscripción del seguro en cuestión.
Todos estos consejos que hemos recogido en el punto anterior
van encaminados a que el cliente diga sí.
Para un comercial este sí es un momento decisivo ya que es
donde se está jugando la materialización de la operación y por tanto su reflejo
económico en forma de comisión, incentivo, etc.
La actitud del vendedor durante toda la entrevista debe ser
de predisposición al cierre sin temor al no, y si se ha hecho todo
correctamente la actitud del cliente será también a ese cierre positivo.
Si se ha hecho todo correctamente la actitud del cliente será
también a ese cierre positivo.
Es un momento claro de acción y de oportunidad, el arte de
transformar es “más adelante” en “hoy y ahora” de una manera natural y
sintonizar la situación.
No existe una fórmula mágica para aplicar un cierre de éxito,
ni un momento especial. Lo normal es aplicarlo al final de la entrevista cuando
se han desarrollado todas las argumentaciones, pero si durante la misma se ve
la ocasión de hacerlo antes, no debemos desaprovecharla.
Existen algunos negocios o detalles que podemos identificar
en nuestro interlocutor y que nos pueden hacer pensar que la decisión de compra
está madura.
Piensa en preguntas o comentarios (señales verbales) que
también serían indicativas de que podemos estar cerca de efectuar un buen
cierre.
Comentarios como “si ya fuera propietario”, es decir, que ya
se siente dueño del producto o servicio.
Preguntar sobre detalles que son secundarios (fecha de inicio
de servicio y pagos de teléfonos de atención…)
Enfatizar en alguna característica que para el cliente resulta
vital y a la que condiciona la decisión para que quede muy clara.
Preguntar sobre temas no tratados hasta ese momento, lo que
demuestra que quiere disponer de toda la información completa.
Preguntar sobre el precio con algún descuento o promoción a veces es el
último empujón que necesita para firmar.
TÉCNICAS DE CIERRE
Para ayudar
al cliente en la decisión final no existen fórmulas mágicas pero sí que hay una
serie de técnicas que pueden funcionar y que de hecho la experiencia así lo
dice. Por supuesto, cada vendedor según su estilo y la situación concreta
utilizará la más conveniente:
-
Técnica
del resumen de beneficios
-
Técnica
de cierre persuasivo
-
Técnica
de los seis sucesivos
-
Cierre
directo
-
Técnica
de la presentación de alternativa
-
Técnica
ante la proposición de la decisión
-
Técnica
de la venta perdida
·
Técnica del resumen de beneficios: se le resume al cliente todos los
beneficios que han ido saliendo a lo largo de la entrevista. A veces puede ser
útil escribirlos en un papel junto a las posibles desventajas para hacer un
“balance positivo y convencer al cliente”
·
Técnica de cierre persuasivo: aunque el cliente entiende las
desventajas que le comportaría la contratación del producto, le falta un último
impulso para cerrar la compra. En este caso puede ser útil acudir a aspectos
emocionales que acaben por decidirlo, temor, preocupación, orgullo,
tranquilidad.
·
Técnica de los seis sucesivos: consiste en preparar preguntas para
que el cliente responda afirmativamente y él mismo vea la oportunidad. Es muy útil
con clientes poco habladores o participativos.
·
Cierre directo: si se ve ya mentalmente preparado
al cliente, se le puede realizar una pregunta directa en el sentido de cerrar
la operación “entonces…¿firmamos la solicitud?”.
Otra opción es ir rellenando
los datos y confirmar alguno de ellos para que vea que ya estamos procediendo a
cerrar “me dijo que su dirección era…”. Se trataría de ir por la vía de “hechos
consumados”
·
Técnica de la presentación
alternativa:
consiste en preguntarle al cliente por cuestiones de detalle que le hagan ver
que decidió el tema, la decisión global o importante también está tomada.
“Entonces, ¿ponemos un capital de X o de Y”?, ¿fijamos un pago único o
periódico?
·
Técnica de la resolución del último
obstáculo: consiste en
hacer depender el cierre definitivo de la operación a un único obstáculo que
una vez aislado y centrado permita resolver y dejar vía libre para firmar. “Entonces
si el problema es… y podemos tener esta solución, usted estaría dispuesto a
suscribir este seguro ¿no?” “suponiendo que pudiéramos…”
·
Técnica de la proposición de la
decisión: un “lo
pensaré” suele ser una evasiva que el cliente utiliza por temor a la decisión
final, si somos capaces de descubrir que es lo que realmente quiere, pensarse y
aclarárselo, ya no quedará excusa.
¿Puede decirme qué es lo que preocupa? para
ampliarle información y así puede decidir mejor
·
Técnica de la venta perdida: cuando la venta ha transcurrido
normalmente pero no acaba de cerrarse, puede usarse esta técnica un poco a la
desesperada.
Casi ya marchándose se le preguntaría al cliente. ¿Me podría decir en qué
he fallado para tenerlo en cuenta en posteriores actuaciones?. El cliente aquí
puede volver a abrirse y es posible que descubramos las objeciones que habían
quedado ocultas y tener otra oportunidad.
Recuerda: que muchas ventas no se cierran definitivamente porque no se
intenta el cliente que la competencia acabará de rematar.
Una vez conseguido el cierre debe finalizarse la entrevista
Pero esto que parece sencillo debe realizarse correctamente
para no “echar por tierra”, todo lo conseguido.
La decisión de irse la debe tomar el comercial de una manera
correcta pero firme, con alguna expresión que acompañada del gesto de
levantarse deje clara la intención.
“Bien, entonces estamos de acuerdo…” No debe volverse atrás
hacia algún argumento u objeción, ya que podría venirse abajo el cierre.
Pensemos que cada vez que como compradores tomamos una
decisión existe un momento de “remordimiento” que nos hace dudar sobre la
conveniencia de lo que acabamos de hacer.
Si en la despedida podemos felicitar al cliente por la
decisión tomada, eso le afianzará en que ha hecho lo correcto.
“Le felicito por su decisión, le satisfará plenamente”.
Unas reflexiones
finales
- No hay gestión comercial positiva con el cliente si no se gana previamente su confianza.
- Las investigaciones comerciales confirman que en pequeñas decisiones de compra las técnicas tradicionales de venta funcionan…sin embargo, no funcionan en decisiones importantes (como es el seguro) ganar confianza del cliente es la menor técnica de cierre.
- Hay que ayudar al cliente a decidir por qué y cómo necesita comprar indicándose en proceso de decisión del cliente.
- El comercial de seguros debe ser un especialista en esa solución aseguradora y por lo tanto, un “facilitador de la compra”.
Independientemente del resultado final de nuestra venta,
estamos obligados a abrir una pequeña reflexión sobre cómo ha transcurrido y
sacar las oportunas conclusiones.
Si el resultado fue positivo, analizando por qué y la
experiencia adquirida, planificando próximos contactos y haciendo una previsión
de futuras necesidades.
Es lo que podríamos llamar un servicio “post-venta” que en
los intangibles suele descuidarse y sin embargo, tienen una importancia vital.
Por ejemplo: la atención en un siniestro.
Por eso, al hablar de ficheros concluimos que había que
retroalimentarlo con ese KNOW-HOW, dejando rastro de nuestras actuaciones tanto
acertadas como no.
know-how: proviene del inglés y significa "saber hacer", consiste en las capacidades y habilidades que un individuo u organización poseen en cuanto a la realización de una tarea específica.
No olvidar que:
No conseguir cerrar una venta es normal y entra dentro de la
dinámica del proceso comercial, pero perder al cliente sí es cosa nuestra
porque una vez que lo has captado debes prestarle una atención continuada y
fidelizarlo dentro de lo posible hacia nuestros productos o servicios, a veces
con pequeños detalles (felicitaciones, llamadas periódicas, envío de novedades,
etc)
La gestión de marketing
en la prestación de servicios
Para poder hacer una aproximación al cliente, en primer lugar
tenemos que identificar sus necesidades, para ello hay que tener en cuenta el
contacto adecuado al cliente, que nos hable de sus intereses, en este momento
entra en juicio la presentación del seguro para cubrir aquellas necesidades que
nos exprese nuestro cliente.
Una idea básica en
cualquier tipo de venta es que las personas compran porque tienen necesidades.
En el ámbito del marketing podemos definir necesidad como
aquella aspiración por parte del consumidor en términos de bienes o servicios.
Es decir, como aquellos puntos o intereses que puedan ser satisfechos por las
empresas mediante el ofrecimiento de sus productos en el mercado.
Existe un proceso
central y necesario que conduce al éxito en la venta e incluye las siguientes
acciones:
- Mostrar
cómo estas necesidades expresadas por el cliente pueden ser satisfechas por nuestro seguro o servicio.
-
Desarrollarlas
hasta un punto en que sean importantes y claras para el cliente
-
Identificar
las necesidades
Por tanto, es imprescindible conseguir que el cliente
manifieste sus necesidades.
Hay que tener en cuenta que unas necesidades son más claras y
desarrolladas que otras. Como lo ya indicado, la necesidad es cualquier
manifestación del cliente que expresa un deseo, que puede ser satisfecho por el
producto o servicio (seguro) ofrecido por el vendedor.
Estas necesidades
pueden ser de dos tipos.
1.
Explícitas: la necesidad puede venir
desencadenado por un estímulo interno (necesidad de seguridad frente a un
riesgo). En este caso el cliente manifiesta expresiones inequívocas de
intenciones, deseos o carencias.
2.
Implícitas: la necesidad puede venir
desencadenada por un estímulo externo (informaciones en medios de comunicación
sobre siniestros, etc). aquí las expresiones son indeterminadas o ambiguas,
necesitan una mayor profundización. Sólo las explícitas expresadas por el
comprador tienen una alta posibilidad de cierre de venta.
Cualquier gestión comercial, requiere del contacto con el
cliente real
Para que la venta sea posible es necesario que el
interlocutor tenga una serie de cualidades conocidas como BANT por sus siglas
en inglés.
- Budget (presupuesto): es la capacidad para negociar los aspectos económicos.
- Authority (autoridad): es el poder de decisión para aceptar el producto o servicio.
- Need (necesidad): es la necesidad de satisfacer el objetivo de previsión mediante nuestro producto o servicio.
- Timeframe (plaza de compra): se define un plazo de compra. Es una técnica que con el plazo del tiempo y la irrupción de las nuevas tecnologías debe ser actualizada y personalizada a cada vendedor y cliente.
En cualquier entrevista de ventas, si no tenemos al
interlocutor adecuado, en el mejor de los casos constituirá una pérdida de
tiempo y en muchos casos la pérdida de un cliente potencial.
Como vendedor, debes ayudar al cliente a conseguir mucha
información en poco tiempo (sin agobiar) comparando opciones y valorando…por
ello la adecuada comunicación es fundamental.
La actitud abierta, la comunicación sincera, la confianza y
un acercamiento profesional es el mejor camino para conseguir una sólida
relación con el cliente.
Haz preguntas y escucha atentamente a tus clientes
potenciales ¿cuáles son sus objetivos? ¿tus productos pueden ayudarlos a lograr
sus objetivos?
Según tu experiencia como vendedor ¿tu producto puede
ayudarlos a superar o evitar los problemas planteados?¿con cuánto tiempo
cuentan para implementar su plan y lograr sus objetivos? Etc.
Cuando no tenemos una comunicación directa, nuestra
negociación comercial se verá imposibilitada o muy deteriorada
Con esto vemos que es mejor aplazar una comunicación con el
cliente que transmitir a otra persona lo que podemos ofrecer.
Por muy experto que sea el vendedor es imposible que el cliente
tome una decisión de compra hasta que no se le presente la información
suficiente.
Algunas maneras de transmitir la información conducen de
forma clara al éxito.
A
|
B
|
- Nuestro seguro cubre una pensión de invalidez
- Nuestra compañía tiene un magnífico departamento de
atención a siniestros.
- Nuestro seguro de vida es revalorizable
|
-
Como nuestro
seguro tiene previsto una pensión de invalidez, usted podría afrontar mejor
los gastos adicionales que pueden plantearse.
-
Mediante
nuestro efectivo sistema de siniestros usted podrá rápidamente…
-
Con la
revalorización de nuestro seguro combatirá los efectos de la inflación
|
La mayoría de los posibles clientes y vendedores considerarán
más persuasivos las informaciones del tipo B.
Las informaciones que hemos dado anteriormente en la columna
A son expresiones neutras del seguro que ofrecemos.
Es lo que denominamos cualidades. Expresan alguna
característica del producto o servicio, aportan un dato de forma aséptica y
suele dejar indiferente al cliente (salvo compradores muy técnicos o preparados
que pudieran por sí solos valorar positivamente esa cualidad).
Las informaciones que hemos dado en la columna B van más allá
de simples características de nuestro servicio o producto.
Máxima efectividad: los beneficios
Las ventajas son más persuasivas que las cualidades. El
vendedor dispone de un medio que le permite transmitir la información de su
seguro o producto de una forma más efectiva que con las ventajas.
Como hemos indicado, las personas compran productos o
servicios porque tienen necesidades que cubrir. Si somos capaces de relacionar
nuestra propuesta en concreto con sus necesidades estaremos en el camino de
lograr las ventas con éxito.
¿Cómo podemos hacerlo?
A través de los beneficios.
Podemos definir el beneficio como el uso positivo que un
cliente hace de una característica del producto o servicio, y que le ayuda a
cubrir una necesidad o deseo específico expresada por él mismo.
Beneficios
Se relacionan con las necesidades, en la idea de que se
resuelve un problema dado (la pérdida de ingresos, el robo, las consecuencias
de un incendio, etc) de esta manera la póliza, que por supuesto será mejor se
adapta a las necesidades del cliente, no es un fin en si mismo, sino el medio,
la herramienta para resolver un determinado problema y obtener un beneficio
personal y que estaba buscando solucionar.
¿Y el precio/prima de
la solución aseguradora propuesta?
Suele ser idóneo
manifestarlo entre los beneficiarios cuando son planteados como información que
el comercial expresa para solucionar las necesidades explícitas con esa
solución aseguradora (en forma de seguro concreto)
El consumidor actual es
mucho más exigente de lo que era hace algún tiempo.
Sabe mejor cuál es su necesidad, conoce las distintas
opciones que se le ofrecen y es más consciente de sus derechos como cliente.
Por tanto cuando necesita previsión exige que el producto asegurador cumpla lo
previsto y se ofrezca un servicio satisfactorio.
Aquí juega un papel muy importante el comercial a la hora de
presentar el producto adecuado al cliente y esto hay que hacerlo a través de
una buena comunicación (transmitiendo la información de forma clara y sincera)
y presentando los beneficios del producto como solución a los problemas que el
cliente previamente ha señalado.
No podemos quedarnos en una mera descripción del producto,
pues para el cliente sería uno más de los muchos que existen en el mercado.
La orientación al
cliente.
Para una adecuada
atención al cliente tenemos que conocerlos de la mejor manera posible
haciéndonos las siguientes preguntas:
-
¿Quién
es nuestro cliente?
-
¿Cómo
es nuestro cliente?
De esta forma podremos anticiparnos a sus necesidades a al
menos localizar los puntos insatisfactorios si los hubiera. Otro punto muy
importante es analizar las causas de abandono del cliente, por un lado para
aprender de ello y evitar esas causas en el futuro y por otro lado tratar de
reconocerlo.
Es un hecho reconocido que la opinión del público es muy
importante para la empresa. Hubo un tiempo en que las instituciones eran reconocidas
y respetadas como tales por el simple hecho de existir.
Es un hecho reconocido que la opinión del público es muy
importante para la empresa. Hubo un tiempo en que las instituciones eran
reconocidas y respetadas como tales por el simple hecho de existir.
Eso es cosa del pasado, hoy día cualquier institución, y el
seguro es una de ellas, no sólo tiene que justificar su existencia a través de
los servicios que presta, sino debe dar una imagen clara y diáfana, apta para
ganarse a primera vista, la simpatía y confianza del público.
Uno de los mayores problemas que se plantea hoy día, toda
institución, organismos, asociación o empresa es la necesidad de contar con el
apoyo de la opinión pública y con la confianza de los diversos segmentos del
público con los que se relaciona.
Las decisiones que tomen dichos públicos se basan en la
opinión que han adquirido de la institución o empresa. Esta opinión viene
condicionada por la imagen que de ella se tenga.
La idea del seguro es sencilla, sin embargo es sorprendente
lo desconocido que resulta su funcionamiento para la sociedad en general.
La mayoría de los clientes no conocen los mecanismos básicos
o bases técnicas del seguro. Tampoco en su gran mayoría conocen cómo funcionan
las entidades de seguros ni qué diferencias puede haber entre mutuas y
compañías.
Hay un gran desconocimiento de las actividades económicas que
realizan las entidades con los capitales que poseen.
Todos estos aspectos crean una desconfianza hacia las
entidades aseguradoras (todos sabemos que la desconfianza y la incertidumbre
llevan a la crítica casi siempre).
La imagen del sector asegurador, como la de cualquier otro es
una imagen mental configurada como la resultante de la asociación acumulativa
de toda clase de percepciones (mensajes visuales, sensoriales y en su sentido
más estricto, vivenciales, experiencias racionales y emocionales)
Potenciando poner en valor la imagen y conocimiento del
sector es la iniciativa “estamos seguros” (sugerencia ver vídeo estamos seguros
de la UNESPA)
A partir de la percepción que el público tenga de ella una
empresa está proyectando su personalidad. Así podemos hablar de empresas
dinámicas, obsoletas, progresistas, tradicionales, etc.
La búsqueda de soluciones a la necesidad de cualquier
organización de gozar de una buena imagen ha dado origen a una nueva
disciplina: la de comunicación y relaciones públicas entendida como la política
sistemática de una organización y su puesta en marcha para mejorar sus
relaciones con los diferentes públicos para conseguir una mejor comprensión de
su actividad y suscitar alrededor de ella un espíritu de confianza y de
simpatía.
Hacer relaciones públicas, por tanto, no es sino conseguir
relaciones de confianza para con la empresa.
Al igual que el objetivo fundamental de la publicidad es
vender productos o servicios, el de comunicación y relaciones públicas es
vender pero es aquí donde está la diferencia entre publicidad y relaciones
públicas, en que no son ya servicios o productos, sino “ideas”.
Vender ideas
Ha de procurar vender la empresa misma, su imagen,
potenciando su prestigio profundamente. Podemos definir, la actividad de
comunicación y relaciones públicas en el seguro como el conjunto de acciones
tendentes a crear una buena imagen de una entidad aseguradora determinada o del
sector en general.
Esto es, dar a conocer y crear una imagen comprensible del
seguro y su función social. El propósito sería estimular o influir a las
personas para que juzguen favorablemente una entidad, la respeten y la apoyen
mediante la contratación de sus servicios.
El seguro implica siempre una relación humana de confianza, y
no ha gozado precisamente de una buena imagen en este sentido, de acuerdo con
los sondeos de opinión realizados y los estudios sociológicos llevados a cabo.
La raíz del problema se encuentra en la falta de información
del público y en la utilización de un lenguaje muy jurídico y poco claro.
La entidad de seguros
como empresa del sector terciario ofrece un producto intangible.
A diferencia de los productos primarios (pescado, fruta…) y
secundarios (máquinas, muebles, electrónica,…) en el que el consumidor paga un
precio a cambio de algo que se ve y que se puede usar de inmediato, que se
posee en el acto, en seguros se compra “seguridad”.
Un servicio que, aunque tiene un carácter inmediato (el
sentimiento de estar cubierto ante un riesgo), el cliente lo suele percibir
como una promesa a plazo (el momento de la reclamación o siniestro).
A cambio de ello realiza un pago anticipado y distribuido en
el tiempo a diferencia de lo que suele ocurrir en el resto de los sectores
económicos.
De esta forma cuando pagamos un siniestro lo que estamos
haciendo es dar un servicio que el cliente ya había comprado y pagado. El
cliente piensa y es verdad que no le hacemos ningún favor, al igual que el
vendedor de coches no nos hace ningún favor al entregarnos el coche cuando lo
hemos pagado.
La actividad
aseguradora ha de ser por fuerza “diferente” al tratarse de “productos”
diferentes que requieren de acciones y métodos también diferentes.
Esta particularidad del seguro, al ser un servicio que no se
ve cuya prestación está diferida y a veces incluso no se produce, puede
plantear problemas si no se conceptualiza de forma clara no sólo por el
consumidor sino también por el personal que trabaja en las entidades, debido a
la tendencia actual a confundir nuestros productos intangibles con los productos tangibles
de otros sectores.
La atención al cliente como factor clave y
diferenciador
La atención al cliente es un proceso bastante más importante,
ya que entre otros factores son los clientes quienes hacen que la empresa
continúe sus operaciones quienes marcan la diferencia entre empresas que
ofrecen un mismo servicio.
Es sabido por todos que el negocio asegurador se presta
frecuentemente a errores de interpretación.
En muchas ocasiones la complejidad técnica de este negocio
impide a quien contrata una póliza comprender exactamente todas sus condiciones
debido al tecnicismo del lenguaje asegurador y es precisamente en el momento de
la contratación cuando empieza la relación con el cliente.
La relación con el
cliente
Desde el primer momento, cobra importancia la atención al
cliente, debemos dirigirnos a él utilizando un lenguaje sencillo y claro que
sea fácilmente comprensible y en cualquier caso que se adapte a un nivel de
comprensión de nuestro interlocutor, lo que no es tan sencillo.
La propia naturaleza de la actividad aseguradora hace que la
mayoría de los clientes sólo contacten con la compañía en el momento de
efectuar el pago de primas.
Cuando ocurre un siniestro es cuando llega la hora de la
verdad para ambas partes:
- El
cliente quiere comprobar los motivos por los que eligió su aseguradora para
seguir confiando en ella.
- La
aseguradora tiene que demostrar su capacidad para resolver con profesionalidad
el problema de su cliente.
“Aquí es donde cobra importancia la calidad del servicio”.
Más adelante
demostraremos lo perjudicial que puede resultar un cliente poco satisfecho con
el servicio prestado, ya que puede propagar una imagen tan negativa de la
compañía en su círculo de relaciones, que ni la mejor compañía publicitaria
podrá luego mejorar.
Según los estudios realizados por Forum Corporation, se
puede concluir que todos los clientes que abandonan una entidad:
-
Sólo
el 15% cambia su póliza a otra compañía
porque encuentra un producto mejor.
-
Solo
otro 15% se cambia porque encuentra otro producto más barato
-
Un
50% dice que la atención que recibió era de mala calidad: descortés, poco
servicial e inadecuada.
El FORUM CORPORATION: es una organización de aprendizaje global de primer nivel que ha sido nombrada una de las veinte principales compañías de capacitación de liderazgo. El honor es un testimonio de las excepcionales soluciones de desarrollo de liderazgo global que ayuda a los líderes a perfeccionar sus habilidades específicas de estrategia
El FORUM CORPORATION: es una organización de aprendizaje global de primer nivel que ha sido nombrada una de las veinte principales compañías de capacitación de liderazgo. El honor es un testimonio de las excepcionales soluciones de desarrollo de liderazgo global que ayuda a los líderes a perfeccionar sus habilidades específicas de estrategia
Es más rentable tener un cliente durante 5 años que durante 1
año.
Si alguna vez hemos pensado que por no dar mejor servicio a
un cliente hemos ganado tiempo y dinero, lo cierto es que a la larga perderemos
mucho más ya que probablemente ese cliente se irá a otra entidad de la que
tenga buenas referencias y lo habremos perdido definitivamente.
Como consecuencia podemos afirmar que ganar un cliente puede
costar meses, perderlo sólo unos segundos.
Resulta conveniente desde estas primeras líneas sentar la
idea de que en cualquier entidad, la atención al cliente la realiza todo el
personal.
El carácter de una empresa en particular es ni más ni menos
la suma de los caracteres de las personas que la constituyen.
No sirve de nada tener por ejemplo unos agentes o
colaboradores muy bien entrenados en el trato con el público, amables y
respetuosos pero que a la hora de la verdad (satisfacer al asegurado) no
respondan bien porque no conozcan todos los productos que ofrece su entidad o
aún peor, no sepan decirle a dónde o a quién dirigirse.
En definitiva, la atención al cliente y la calidad en el
servicio son un reto en todos los aspectos de la vida.
Puesto que cuando necesitamos cualquier bien o servicio no
sólo queremos el servicio en concreto y resolver nuestro problema, sino que
también nos lo facilite una persona amable en el trato y en las formas, en el
momento que lo pidamos y de la forma que lo pedimos.
“Siempre hay unas prácticas imprescindibles que debemos
cumplir”.
La atención al cliente no termina nunca, ni siquiera cuando un cliente deja de hacer negocios con nuestra entidad, puesto que debería interesarnos, si no preocuparnos, conocer el porqué de su decisión, dado que de este modo podremos conocer a qué se debe la caída de nuestra cartera.
La atención al cliente no termina nunca, ni siquiera cuando un cliente deja de hacer negocios con nuestra entidad, puesto que debería interesarnos, si no preocuparnos, conocer el porqué de su decisión, dado que de este modo podremos conocer a qué se debe la caída de nuestra cartera.
Actitudes y aptitudes
en la atención al cliente.
-
Identificar
las necesidades del cliente y satisfacerlas
-
Cumplir
lo pactado siempre
-
Darle
algo más de lo que espera, a nivel de actitud y servicio
-
Proponerle
alternativas si no tenemos lo que quiere
-
Ser
profesional, conocer el oficio
-
Confianza
y seguridad
-
Información
-
Avisar
de cambios y oportunidades
-
Interesarse
sobre lo que le pasa al cliente
Cuando oímos la palabra cliente, inmediatamente se tiende a
pensar en alguien que demanda algo, a menudo asociado a un proceso de venta de
un objeto material o no.
Una definición de cliente es aquella persona que utiliza los
servicios de un profesional o de una empresa, especialmente lo que lo hace de
forma regular.
Lo cierto es que en
cualquier empresa podemos encontrar dos tipos de clientes claramente
diferenciados:
-
El
cliente interno
-
El
cliente externo
La idea del cliente interno es el empleado de una compañía
que recibe servicios de otro empleado de la misma compañía. Es decir, somos
todos, puesto que en cualquier momento recibimos servicios de nuestra propia
compañía.
Esto se refleja muy
claramente con el siguiente ejemplo:
Imaginemos un mando intermedio del área técnica de una
compañía que necesita una información del departamento financiero para saber si
en estos momentos es posible lanzar al mercado un nuevo producto que requiere
disponer de una cantidad de reservas para su correcto funcionamiento sin poner
en peligro la solvencia de la entidad.
El departamento financiero se pone en contacto con el
informático para la obtención de los datos y así darnos cuenta por una persona
se ha desplegado todo un ejército a su servicio.
Generalmente se identifica al cliente externo como el
destinatario final de nuestros productos, es decir, el consumidor.
Es el cliente más valioso, ya que sin él no tiene sentido
ninguna actividad empresarial. Todos somos clientes externos en el momento en
que tengamos alguna póliza o necesidades de aseguramiento.
Es muy importante que exista una relación fluida entre la
compañía y el consumidor, entre el producto o servicio ofertado y consumidor.
Imaginemos la siguiente
situación
Supongamos que el señor Martínez tiene contratado un seguro
multirriesgo del hogar y que al volver
de vacaciones a su domicilio se encuentra con que su casa está inundada
ya que el vecino de arriba olvidó cortar el agua al irse de vacaciones con la
mala fortuna de que se dejó un grifo abierto.
Al poco tiempo de contactar el señor Martínez con su
aseguradora aparece un equipo de profesionales que con un trato muy amable y
una magnífica forma de hacer en el desempeño de su trabajo, vuelve a dejar la
casa del señor Martínez en perfecto estado en muy poco tiempo, mientras éste se
alojaba en un buen hotel en las proximidades de su domicilio.
¿Qué opinión tendrá el
señor Martínez de su compañía de seguros?
Lógicamente muy positiva, pero no sólo porque acudieron a
reparar su vivienda al poco tiempo sino porque además fue tratado de manera
inmejorable, tanto por los profesionales reparadores, como por el personal del
hotel mientras se hospedaba allí.
Lo mejor de todo fue que apenas tuvo que hacer gestiones, lo
dirigió todo su compañía aseguradora.
Con estos envíos podemos establecer un primer contacto tanto
con clientes de nuestra base datos como con nuevos candidatos.
Con el adecuado seguimiento nos debe llevar a establecer
nuevas entrevistas.
Pensemos que no es necesaria una gran creatividad para llamar
la atención de nuestro destinatario, vale más un correcto enfoque con una
solución que realmente pueda interesarle y que el mensaje sea claro.
Se trata de un instrumento que complementa perfectamente la
actividad comercial pero que debe ser adecuadamente gestionado para sacar todo
su provecho.
A tener en cuenta
Son preferibles micro Maillings manejables y seguibles que
grandes macro Maillings que supondrán un despilfarro importante de recursos.
Ante todo el cliente es
una persona
En nuestra relación con el cliente debemos tener en cuenta
que:
-
Es
la persona más importante de nuestra empresa
-
Nos
hace un favor cuando acude a nosotros
-
Espera
que resolvamos sus problemas
-
Es
un ser con sentimientos y emociones
-
Puede
influir sobre cuestiones vitales del negocio
-
No
puede ser ni quedar defraudado
-
Hay
que escucharle para identificar sus problemas
-
Hay
que atender con rapidez sus reclamaciones
-
Debemos
motivarlo
“Toda empresa es responsable de las relaciones con los
clientes”.
No debemos olvidar que ante todo, el cliente es una persona
Por ello, en un proceso tan importante como es la correcta
atención al cliente, no podemos dejar de lado el estudio de los estereotipos de clientes que la
investigación sociológica y la psicología han llegado a elaborar tras el
análisis de comportamientos de personas en situación de cliente y su personalidad asociada.
Esto nos será útil a la hora de desplegar nuestra habilidad
en el trato con algunos de los más conflictivos.
Las personas son diferentes unas de otras debido a las
circunstancias y ambientes donde se desarrollan su educación, etc
Esto hace que sus percepciones, actitudes y comportamientos
varíen en función de su personalidad para adaptarse a las situaciones, momentos
y personas con que tengan que comunicarse.
¿Qué opinan los psicólogos al respecto?
La personalidad de un ser humano podría definirse como el
conjunto de características asociadas al carácter y temperamento que modelan el
comportamiento de una persona ante circunstancias concretas.
Aunque cada individuo tiene una personalidad distinta, los
psicólogos afirman que mucha gente comparte ciertas características comunes.
A esta lo denominan “tipos de personalidad” al detectar el
perfil del cliente y estando preparados, nos estamos adelantando y dominando la
gestión.
Como reaccionar ante
cada tipo de clientes: la forma de reaccionar difiere mucho de lo que proponen
los sociólogos y psicólogos:
-
Habladores:
son personas que hablan mucho y a menudo se salen del tema, además son
impulsivos pero abiertos y comunicativos. Ante este tipo de clientes la mejor
forma de tratarles es siendo amables y abiertas, tratar de encausarles en el tema
y ante todo ser breve y cortés. “Nunca darles cuerda”, pues es caer en la
trampa.
-
Excitables:
son personas que avasallan y suelen insultar, exigentes y muy susceptibles. Este
tipo de clientes pueden ponernos muy nerviosos, lo mejor es el autocontrol,
calmarlos y sobre todo escucharlos. Además plantear argumentos objetivos,
mantener una actitud cortés y comprobar satisfacción al término del contacto.
-
Tímidos:
son muy reservados e inseguros, prefieren escuchar. A estas personas es muy
importante tratar de atenderlas en privado y darles confianza y prestarles la
ayuda necesaria para que exponga sus inquietudes. Nunca acosarlo con muchas
preguntas ni presionarlos.
-
Irrazonables: por lo general son muy negativos y poco objetivos, además creen tener
la verdad absoluta. Con estas personas debemos mantener la calma y permanecer
impasibles, conseguir pequeños acuerdos presentando argumentos y manteniéndonos
firmes. Usar preguntas cerradas para manejar la conversación.
-
Inquisitivas: son críticas y meticulosas y suelen preguntar mucho, también son
inseguros. A este tipo de cliente conviene hacer despliegue de conocimientos
técnicos y dar detalles sobre nuestros productos, hay que tener paciencia y no
contradecirse.
- Presuntuosos: son orgullosos y engreídos, creen saberlo todo. Ante estos clientes es
mejor no tratar de competir con ellos, ser amables y humildes e incluso llegar
un poco a la adulación (sin pasarnos)
- Silenciosos:
hablan poco y quieren ir directamente al asunto con poca diplomacia y además
suelen ser fríos. Con estas personas es mejor llevar nosotros la iniciativa e
ir al grano y sobre todo se breves y tratar con cortesía. Hay que ser capaz de
aguantar momentos de silencio y hay que realizar preguntas abiertas para que se
expresen lo más amplio posible.
- Escépticos:
son personas desconfiadas y críticas, lo ponen todo en entredicho. Aquí hay que
tener paciencia y ser perseverante y ante todo sincero, dando garantías de
nuestros productos.
- Entendidos:
son los listillos que creen saber mucho. Con estos clientes hay que ser
prudentes y escucharles en todo momento y sobre todo no enfrentarnos a ellos
La gestión de la
relación con el cliente
La atención al cliente como hemos visto, es un proceso con
diferentes percepciones, las de las personas que tratan al cliente y las del
propio cliente, que nos llevan a un contacto, a una comunicación entre dos
personas.
De esta forma el contacto con el público se convierte en una
labor personal de relaciones humanas. Podemos decir que la atención al cliente
comienza con la post-venta, una vez que ha firmado la póliza y termina cuando
esta póliza queda desactualizada para las necesidades cambiantes del cliente y
termina su período de vigencia.
En este caso comienza de nuevo el ciclo.
El contacto con el
público.
En general podemos definir el contacto con el público como la
relación o encuentro entre dos personas que por lo común aportan diferentes
intereses, sentimientos, expectativas y formas de comportamiento.
Todo contacto implica de alguna manera comunicación. El contacto
con el público se convierte en última instancia en una labor personal de
relaciones humanas.
El cliente es el activo más valioso de cualquier negocio,
puesto que sin él no podría existir.
El mejor cliente.
A veces, equivocadamente se tiende a pensar que nuestro mejor
cliente es el que mayores ingresos nos aporta. Esto no es completamente cierto,
ya que no hay cliente pequeño.
Todos los clientes son valiosos, aunque debemos tenerlos
identificados en función del valor actual que reportan y/o por su potencial
futuro.
En un negocio como el asegurador, la mayoría de los clientes
permanecen “mudos “ante nuestra compañía.
Normalmente solo “hablarán” cuando les ocurra un siniestro,
pero ¿Qué ocurre con esa inmensa mayoría que en ocasiones en muchos años no da
un solo parte de siniestro?
¿No estarán pensando
que pagan para nada?
Pongámonos en el lugar del asegurado. La mayoría de las veces
los asegurados (todos lo somos) nos pondríamos indefensos ante la entidad
aseguradora e incluso llegar a pensar que se halla en una posición dominante
frente a nosotros.
Así pensamos que no estaría de más recibir al menos una vez al año algún comunicado de la aseguradora o de nuestro agente que nos hiciera recordar la importancia de seguir confiando en ella y arraigar así el vínculo entre asegurados al servicio que ofrecemos y su calidad.
La relación con el cliente es una actividad permanente, que no
tiene ni principio, ni fin. Pero para su estudio podemos descomponerla en fases
que variarán en función del tipo de actividad o servicio que prestemos en cada
momento.
Las fases o etapas de
la relación con el cliente pueden ser:
- Acercamiento
- Emisión
- Pago
de primas
- Siniestro
- Siempre dando al cliente lo que busca: fiabilidad, capacidad de respuesta, seguridad, empatía y elementos tangibles.
Acercamiento entre la fuerza de ventas de la compañía y el
cliente.
Lo primero que se produce es un intercambio de información que
podemos llamar “oferta del servicio” después surgirá el interés o la necesidad
del cliente de sentirse protegido ante determinado riesgo. En esta etapa, el
cliente potencial suele tener un amplio desconocimiento de los productos
aseguradores. Por ello, se hace imprescindible un acercamiento a él.
Las entidades realizan habitualmente prospecciones entre los
consumidores potenciales utilizando diferentes métodos que al final siempre
llevan aun contacto personal o telefónico. Es entonces cuando cobra gran importancia
la profesionalidad del mediador o agente o del empleado que realiza la
actividad de suscripción, para saber detectar y sugerir las necesidades de
aseguramiento del cliente potencial.
En estos canales de distribución bancario o de venta directa
suele suceder que sea el cliente potencial quien se interese por los productos
ofertados por la compañía y solicite más información de la que dispone.
Muy importante
En la fase de acercamiento se pone a prueba la
profesionalidad, nivel de conocimientos, capacidad de resolución, honestidad,
atención y cortesía en el trato de quien ofrece el producto, sea mediador o
suscriptor.
A partir del momento de la venta, no podemos cometer ni un
solo error, pues el candidato, ya “cliente” puede desconfiar de la eficacia de
nuestra entidad.
No hay que decir que se debe tardar el menor tiempo posible,
puesto que cuando un cliente quiere algo, lo quiere con la mayor brevedad.
Los clientes quieren que quien presta el servicio sea resolutivo:
solucione o haga lo que tenga que hacer rápidamente en un tiempo razonable.
Si no recibe el servicio en tiempo razonable y quien valora
ese tiempo es el cliente, no nosotros, impacientará y perderá la confianza.
En este momento de la emisión de la póliza, la entidad tiene
una excelente oportunidad de demostrar que efectivamente es merecedora de la
confianza depositada por el cliente.
Claro está que no puede haber errores, la rapidez del
servicio no debe amparar la producción de errores.
Por ello, en el momento de la formalización de la propuesta,
en la toma de los datos, debemos poner la mayor atención para, no sólo
cumplimentar todos los datos que el impreso o declaración pide, sino
introducirlos correctamente y sin errores.
Si cometemos errores, la informatización de los procesos hará
que éstos se multipliquen.
Aparecerán no sólo en la propuesta, sino en la póliza, los
recibos, la correspondencia y en cualquier otro comunicado que hagamos al
cliente, multiplicando más su incomodidad y la mala imagen de la entidad.
Ejemplo: imaginemos que conseguimos emitir una póliza de automóviles
para la señora Rodríguez en un tiempo muy razonable y que cuando se la llevamos
para que la firme resulta que su apellido no figura como Rodríguez sino como
Rodríges .
¿Qué opinión tiene de
nosotros el cliente?
Llegados a este punto, se puede pensar que todo va a la
perfección: tenemos un cliente satisfecho, que además nos produce ingresos.
·
Relación:
este es el momento crucial en una relación cliente- asegurador. Si el asegurado
no recibe un servicio, como el que desea y espera, se generará razonablemente,
un conflicto con él, que puede marcharse a otra compañía e incluso, lo que es
peor, contribuir a crear una mala imagen de la actividad aseguradora en
general.
·
Cuidado:
atención, no hay que bajar la guardia. El hecho de que esté dispuesto a pagar
la primera prima no implica que esté totalmente de acuerdo con el servicio
recibido (quizá aún no ha recibido ninguno) y que no vaya a continuar toda la
vida con nuestra entidad.
·
Trabas: en
esta fase, debemos evitar especialmente poner al cliente.
Debemos por ejemplo, en ofrecer un sistema de pago flexible, dentro siempre de las posibilidades de nuestra entidad: domiciliación bancaria, fraccionamiento de pago…
Debemos por ejemplo, en ofrecer un sistema de pago flexible, dentro siempre de las posibilidades de nuestra entidad: domiciliación bancaria, fraccionamiento de pago…
·
Abandono: no
olvidemos que abandonar una compañía aseguradora es muy fácil. Imaginemos por
un momento, que queremos anular nuestra cuenta corriente en un banco. Para ello
tendremos que ir allí, “dar la cara”, realizar trámites, firmar, hablar, etc, sin
embargo abandonar una compañía puede consistir simplemente en no pagar el
próximo recibo.
Parece sencillo verdad?
Cuando el cliente contacta con nosotros por un siniestro
podemos decir que nos encontramos ante la “hora
de la verdad”.
El cliente estará afectado por la ocurrencia de un hecho
desfavorable para él como puede ser un accidente de circulación, la muerte de
un ser querido, la pérdida de su fuente de ingresos…
Está científicamente probado que, cuando las personas
atravesamos por un momento desfavorable para nosotros o nuestros intereses,
nuestro estado de ánimo se afecta de forma que podemos llegar a cambiar incluso
nuestra conducta habitual.
Por hallarnos anímicamente afectados necesitamos un aparte de
“calor humano” que nos ayude a salvar la situación.
En casos de infortunio, y la ocurrencia de un siniestro es
uno de ellos, cobra una especial importancia la relación entre las personas.
Ante todo el cliente es
un ser humano.
Por ello es especialmente importante tratar al asegurado como
un ser humano, no como un número de póliza o siniestro.
Es también trascendental cuando se ha producido un siniestro,
efectuar la indemnización con la mayor brevedad posible.
En definitiva, hemos de ser conscientes de que lo que en su
día firmó el cliente era y es para él una garantía de obtención de ayuda para
cuando le ocurriese un hecho desfavorable, pues para eso contrató nuestros
servicios.
Por ello podemos considerar la atención del siniestro como un
servicio final buscado por el cliente. Se trata, pues, de un punto vital en el
juicio del consumidor sobre nuestra compañía, que afronta en el siniestro su
desafío más importante, que puede hacerle triunfar o por el contrario, generar
una imagen de desconfianza hacia ella y hacia el sector.
Ahora la confianza del
cliente está en nuestras manos
Cualquier error o exceso de burocracia en este momento del
siniestro puede hacer pensar al cliente que la compañía pondrá excesivos
reparos a la hora de recibir la prestación y el servicio correspondiente.
Sin embargo, una vez que se ha producido un siniestro y se ha
atendido correctamente se reforzará definitivamente la confianza del cliente en
la compañía.
Conclusión
Todos los que tenemos alguna relación con la actividad
aseguradora, debemos plantearnos la necesidad de dar el mejor servicio antes,
durante y después del siniestro.
En la medida en que esto se logre se conseguirá arraigos más
la actividad aseguradora como un auténtico servicio a la sociedad. De ahí la
necesidad de prestar un buen servicio al cliente tratando de ponernos en el
lugar de un cliente “ideal”.
Destacar dos puntos siempre:
-
Profesionalidad
-
Humildad
Sabemos que no todos los clientes son iguales. Por ello no
todos perciben nuestro servicio de la misma forma. ¿es así en realidad?, o, ¿es
así en realidad para cada cliente?...¿en qué consiste un buen servicio? O,
mejor dicho ¿en qué consiste un buen servicio para el cliente?
Para responder a tantas interrogantes resulta conveniente ver
la diferencia entre dos conceptos:
-
Percepción
-
Expectación
Percepción
Según los expertos, la percepción es el proceso mental
consistente en seleccionar, organizar e interpretar información con el
propósito de darle significado.
Es la visión de la realidad que se hace una persona. Esa visión
puede variar incluso en función de las circunstancias.
Por ejemplo, podemos ver algo de un color bajo determinada
luz artificial y a la luz del sol verlo de otro color diferente.
Desde una perspectiva de atención al cliente, es más
importante lo que se percibe que lo que realmente se ve.
Ejemplo
Supongamos que una compañía realiza un estudio de valoración
de su imagen y descubre que está algo anticuada, por lo que decide
modernizarla, cambiando sus edificios a modernos, adoptando un logotipo más
dinámico, comprando modernos ordenadores, dotándose de los mejores medios, e
incluso uniformando elegantemente a su personal de recepción, pero no cambia su
política de atención al cliente.
Expectación
Si no hubiese expectación posiblemente la persona que se
dirija a ella a través de un teléfono, fax o carta no percibirá ese cambio. Incluso
puede que si se dirige a sus oficinas podrá pensar que son muy bonitas pero
percibir un mal servicio porque ha tenido que soportar una larga cola y no le
han atendido correctamente…
Una expectativa es lo que una persona cree que puede e
incluso debe ocurrir.
Esta expectación puede estar motivada por lo que le han comentado
sus conocidos, por experiencias anteriores análogas que haya vivido, o incluso
también se puede crear a través de la publicidad.
La calidad del servicio al cliente no se mide por cómo le
impresiona, cómo es de personalizada o cuánto cuesta, sino cómo se ajusta a las
expectativas del cliente, lo que se percibe frente a lo que se esperaba.
Aquí entraría también en juego la relación entre los dos
tipos de clientes, el interno y el externo. Si nuestro proveedor interno
también falla (no cumple nuestras expectativas) la percepción del servicio para
el cliente final también fallará.
Es importante la relación entre percepción y expectación, ya
que una percepción puede cambiar una expectación y viceversa. Podemos tener una
determinada imagen de una compañía antes de necesitar algún servicio
(expectación) y cuando recibimos sus servicios (percepción) la cambiamos por
completo.
Ejemplo: supongamos el caso de rotura de un grifo. Nuestra compañía
confía en tener los mejores proveedores para la reparación, pero si luego en la
realidad esto no es así, será el cliente final el que paga la prima, quien se
formará una mala imagen de la compañía, cambiando así sus expectativas sobre el
servicio que podamos ofrecerle en el futuro y probablemente anulando la póliza.
Por lo tanto, la percepción del servicio genera nuevas
expectativas o las confirma.
¿Qué es la percepción
global del cliente?
Podríamos definir la percepción global como la valoración
promedio que el cliente hace de una entidad, comparativamente con otros.
Esto influirá en:
-
Sus
motivaciones de elección de entidad
-
Su
valoración del servicio recibido
-
Su
disposición a nuevas contrataciones
La percepción global se forma a partir de las situaciones de
la entidad sobre una serie de atributos, que son percibidos por el cliente (y
que tienen la peculiaridad de poder medirse con encuestas).
Los atributos de
servicio percibidos por el cliente son:
·
Elementos tangibles: son los que perciben la entidad
-
Instalaciones,
edificios y equipos
-
Apariencia
personal
-
Documentos
(pólizas, partes, recibos, comunicados, etc)
·
Fiabilidad:
capacidad de la entidad para ejecutar el servicio en las condiciones pactadas a
tiempo.
-
Cumplimiento
de los plazos
-
Ausencia
de errores
-
Respuesta
del producto en caso de siniestro
·
Capacidad de respuesta: disposición de la entidad para ayudar a los clientes y
proveerlos de un servicio rápido.
-
Respuesta
a los problemas planteados por el cliente
-
Rapidez
en los trámites
·
Seguridad:
derivada de la actuación de la entidad.
-
Profesionalidad
de los empleados y agentes
-
Adaptación
del producto a las necesidades del cliente
-
Confianza
en la entidad (solidez y solvencia)
·
Empatía:
preocupación por el cliente y la comprensión de sus necesidades.
-
Facilidad
de contacto con la entidad (horario, proximidad, etc)
-
Información
y contactos por el cliente
-
Interés
demostrado en atender al cliente
-
Atención
personalizada
-
Trato
amable y correcto
Empatía es entender lo que siente el otro y no actuar según
lo que percibiríamos en su lugar. Una habilidad fundamental para las relaciones.
Nos hace pensar que la persona que tenemos enfrente está experimentando
lo que nosotros sentiríamos en su lugar. Una habilidad fundamental para las
relaciones.
Nos hace pensar que la persona que tenemos enfrente está
experimentando lo que nosotros sentiríamos si estuviéramos en sus
circunstancias.
Reflejamos nuestra propia realidad para poder acompañarlo en
el proceso.
En resumen afortunadamente, la relación aseguradora propicia
una gestión continuada, que hay que cuidar y fomentar adecuadamente cuidando
cada uno de los “peldaños” para que sea
ascendente.
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